Un hombre ha sido condenado a ocho años de prisión por incendiar dos apartamentos de vecinos suyos en los que entró a robar, causando grandes daños y dejando cinco policías y guardias civiles intoxicados, en El Toro (Calvià). El siniestro obligó a desalojar en plena madrugada tres plantas del bloque de viviendas. El procesado permaneció en el lugar e indicó a los agentes que en uno de los pisos en llamas podía haber una anciana, pese a que no era cierto, y los funcionarios entraron para rescatarla e inhalaron humo. El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia dictada por la Audiencia Provincial, que declaró al acusado autor de delitos de incendio y robo con fuerza en casa habitada con la atenuante de reparación del daño. El acusado deberá indemnizar con más de 137.000 euros a los afectados y dos compañías aseguradoras por los enormes daños causados.

La sala de lo penal del Supremo rebate en un auto todos los argumentos esgrimidos por la defensa en su recurso de apelación para solicitar la absolución del hombre. El letrado argumentó que no existían pruebas suficientes de su implicación en los hechos. El alto tribunal recuerda que los bomberos descartaron el origen fortuito del incendio, ya que se localizaron hasta siete focos en las dos viviendas, y que la Guardia Civil encontró una huella palmar del acusado en la cristalera de una de ellas. También se basa en el hecho de que los agentes hallaron en el domicilio del procesado varios objetos sustraídos en uno de los apartamentos incendiados.

El Tribunal Supremo detalla que la Audiencia no dio credibilidad a las explicaciones que dio el hombre sobre estos indicios. Durante el juicio, alegó que los efectos robados los cogió de un altillo para devolvérselos a su dueña y justificó la presencia de su huella en la cristalera porque la noche del incendio accedió a las terrazas de los apartamentos siniestrados para avisar a sus moradores y huir del fuego.

La defensa planteó también que la atenuante de reparación del daño debió ser aplicada como muy cualificada y, en consecuencia, reducir la condena. Pero el Supremo recuerda que consignó 30.000 euros y la cantidad que finalmente debe abonar supera los 137.000, por lo que rechaza también este planteamiento. Por todo ello, el alto tribunal no ha admitido a trámite el recurso del condenado.

Agentes de la Guardia Civil inspeccionan las viviendas afectadas por el incendio. L.M.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 25 de noviembre de 2014 en un edificio de apartamentos de El Toro (Calvià). El acusado, de 37 años, accedió a dos viviendas contiguas a la suya, se apoderó de un destornillador, un taladro, un microondas, un bolso, gafas de sol, una figura plateada y un cargador de móvil. Tras adueñarse de estos efectos, provocó sendos incendios con varios focos en las dos viviendas. Las llamas causaron importantes daños y tres plantas del edificio tuvieron que ser desalojadas.

Cuando los servicios de emergencias acudieron al lugar, el hombre alertó -a sabiendas de que no era cierto- de que en uno de los pisos podría estar atrapada una anciana. Cuatro guardias civiles y un policía local resultaron intoxicados al adentrarse en el domicilio para tratar de rescatar a la supuesta víctima, que no estaba allí.