La Audiencia de Palma ha juzgado a un hombre por retener una semana en su casa a una joven rumana que anteriormente había vivido en Mallorca. El acusado, de 40 años y también de origen rumano, ha negado de forma tajante los cargos. El sospechoso, que está preso por otra causa, ha rechazado haber tenido encerrada a la mujer en su domicilio en Barcelona, así como haberla vigilado en el verano de 2014.

El encausado ha admitido ante el tribunal de la sección segunda que la mujer y su pareja estuvieron alojados durante ocho días en su vivienda en agosto de 2014. Según su versión, no les conocía y estos habían llegado a la capital catalana procedentes de Palencia por mediación de un allegado. "Yo dormía en el salón, no la vigilaba a ella", ha recalcado ante la sala. "Ella salió un par de veces a la calle para comprar tabaco. Yo le di las llaves de casa para que saliera a comprar tabaco", ha asegurado el sospechoso. "Ella salía a pasear con él, tenía teléfono, salían de compras y a cenar. Él no le pegaba ni le gritaba", ha añadido en referencia a su compañero sentimental, quien también está acusado en el mismo caso pero se encuentra fugado de la justicia.

El sospechoso fue detenido junto a la pareja el pasado 16 de agosto de 2014 en la Estación del Norte de Barcelona. "Ellos se querían ir juntos a su país, a Rumanía, en autobús. Yo no me iba con ellos, yo no tenía billete", ha aclarado el acusado. La fiscalía solicita para él una pena de cinco años de prisión como cooperador necesario de un delito de detención ilegal. Además, el ministerio público reclama que se le prohíba acercarse y comunicarse con la víctima por un periodo de ocho años.

La perjudicada no ha comparecido en el juicio al encontrarse en paradero desconocido. Según la fiscalía, fue obligada a permanecer encerrada en un domicilio, donde le quitaron el teléfono móvil, era constantemente vigilada y le impedían salir al exterior. Tras pasar unos ocho días retenida, en un descuido consiguió contactar por teléfono con una amiga, quien alertó de lo sucedido a los Mossos d'Esquadra.

Una testigo ha recordado que la joven tenía mucho miedo de su antiguo compañero sentimental, quien la amenazó en varias ocasiones. Por este motivo ella dejó Palma y viajó a Palencia. "Un día desapareció de Palencia. Supimos que él se la había llevado a la fuerza a Barcelona. Luego, por watsap me avisó de que él la quería llevar a Rumanía. Nos dijo que la tenía retenida su expareja y un amigo. Nos dijo que la tenía encerrada en un cuarto, que le pegaba y no le daba de comer", ha relatado la testigo. "Ella no podía salir del domicilio y, si lo hacía, siempre tenía que ser acompañada de uno de ellos", ha agregado. Al tener conocimiento de estos hechos, se interpuso una denuncia en Palencia. La Policía Nacional alertó a los Mossos d'Esquadra, quienes intervinieron de forma inmediata en Barcelona e interceptaron a la pareja cuando pretendía abandonar el país en autobús rumbo a Rumanía.