La Audiencia de Palma ha condenado a 19 años de prisión por un delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco a Dimitry U., el joven ruso de 31 años que mató a su mujer Olha Yiuyivna Filatova, ucraniana de 39, en la playa de Son Bauló (Santa Margalida) la madrugada del 7 de marzo de 2014. La pareja se introdujo en el mar y cuando regresó a la orilla el hombre forcejeó con su esposa dejándola semiinconsciente. Luego, la arrastró por la arena, le pegó un golpe en la cabeza con una piedra y finalmente la asfixió tapándole la boca y la nariz con la mano.

La presidenta del jurado popular que hace diez días declaró culpable por unanimidad a Dimitry U. del crimen de Son Bauló también ha impuesto al sospechoso una indemnización de 12.000 euros para la madre de la fallecida, que reside en Bulgaria, como había solicitado la fiscalía y la acusación popular, en representación del Govern. La sentencia destaca que resulta "incontestable" que la muerte de Olha Yiuyivna Filatova provocó en las personas de su entorno íntimo "un extremado impacto emocional" que ha de ser calificado, sin duda alguna, de daño moral. En estos supuestos, prosigue la magistrada, la indemnización actúa como el único mecanismo que el ordenamiento jurídico contempla para compensar el menoscabo emocional producido por el delito.

Según se declara probado en la resolución, que aún no es firme, los hechos ocurrieron entre las doce de la noche y las seis y media de la mañana del pasado 7 de marzo de 2014, cuando Dimitry U. se desplazó junto a su esposa a la playa de Son Bauló, en Can Picafort. Una vez en el lugar, ambos se metieron en el agua por razones desconocidas. Tras regresar a la orilla, el acusado comenzó un forcejeo con Olha, dejándola semiinconsciente.

Acto seguido, la arrastró por la arena tierra adentro. Dado que la víctima todavía estaba con vida, aunque semiinconsciente, él cogió una piedra y le propinó un fuerte golpe en la sien derecha. Luego, de forma inmediata, le tapó la boca y la nariz con la mano hasta que Olha murió por insuficiencia respiratoria. Dimitry quería causar la muerte de su mujer y, para asegurarse de que lo conseguía, lo hizo cuando sabía que ella no podía defenderse.

Veredicto claro y sólido

La presidenta del tribunal señala que los miembros del jurado contaron con un rico cuadro de prueba que fue valorado de forma racional. El veredicto alcanzado fue de una excepcional claridad expositiva, completo y muy sólido. Se basó en los indicios y prueba directa como los informes de los especialistas del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil y de los forenses que declararon en el juicio. Así, los investigadores indicaron que la víctima tuvo contacto con el mar, ya que su ropa estaba húmeda e incluso en sus botas se hallaron fragmentos de algas. Además, los agentes detectaron una zona de arena húmeda y revuelta que correspondería con el lugar del forcejeo y luego una zona de arrastre de 86 metros.

Los peritos descubrieron restos orgánicos del acusado y sangre de la fallecida en una piedra con la que fue golpeada en la cabeza. Y los forenses determinaron que Olha acabó muriendo por asfixia mecánica por sofocación. Así pues, la sentencia concluye que la muerte de la mujer no fue accidental ni imprudente, como mantenía la defensa, sino que tuvo que ser necesariamente "intencionada, buscada y asegurada". De hecho, el acusado tuvo que insistir para conseguirlo. El jurado descartó que Dimitry sufriera un trastorno mental. Y el veredicto fue tan contundente que neutraliza cualquier otra hipótesis alternativa, según se desprende del fallo.