Un espeleólogo supuestamente herido en el interior de una cueva en Escorca a 180 metros de profundidad puso a prueba el pasado miércoles la capacidad de respuesta de los servicios de emergencias. Era un simulacro en el que participaron cuarenta efectivos de la Guardia Civil, los Bombers de Mallorca, Protección Civil, el 061, la Federación Balear de Espeleología, la conselleria de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Escorca.

Los especialistas eligieron la cueva de sa Campana para llevar a cabo esta práctica, fruto del convenio firmado el año pasado entre el ministerio del Interior y el Govern Balear para regular este tipo de servicios de rescate y socorro en los que la Guardia Civil ejerce la dirección operativa.

El ejercicio partía del supuesto de un espeleólogo herido cuando recorría la cueva y que no podía continuar por sus propios medios, por lo que permanecía atrapado a una profundidad de 180 metros. Fue el primer simulacro de estas características realizado en Balears y permitió establecer un protocolo de actuación conjunta de todos los organismos implicados en una emergencia similar.