Uno de los argumentos utilizados por la defensa del adolescente apuntaba a que pudo cometer los abusos siendo todavía más pequeño. La sentencia consideró probado que los hechos ocurrieron entre enero y abril de 2014, pero el abogado aseguraba que se produjeron antes, cuando el acusado no había cumplido todavía los 14 años.

De este modo intentó que se le considerara inimputable al no haber alcanzado la edad mínima para ser declarado responsable penalmente. La defensa se apoyaba para ello en que la víctima aseguró a los psicólogos que los hechos habían ocurrido hacía "mucho tiempo".

La Audiencia Provincial rechaza este planteamiento basándose en que el caso salió a la luz en cuanto la niña empezó a mostrar un comportamiento sexualizado en el colegio y que la víctima siempre hablaba en presente cuando se refería a los abusos sufridos. El tribunal entiende por ello que los hechos ocurrieron cuando el acusado tenía ya 14 años. Además, los magistrados reprochan al abogado que considere creíble el relato de la pequeña en esta alegación y desvirtúe su relato en la otra.