Un hombre de 70 años falleció ayer, al parecer intoxicado por el monóxido de carbono desprendido por un brasero que utilizaba para calentarse mientras dormía en una caseta de campo en el término municipal de Santa Maria. La Policía Judicial de la Guardia Civil y una comisión judicial abrieron una investigación para determinar con certeza las circunstancias del fallecimiento, aunque todos los indicios recogidos ayer apuntaban a un accidente.

La central de la Guardia Civil recibió el aviso del hallazgo del cadáver sobre las tres de la tarde. Al parecer, el propietario de la finca había encontrado el cuerpo sin vida de un hombre, que pernoctaba en la caseta. De inmediato se desplazaron al lugar dotaciones de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Llucmajor y una comisión judicial.

El fallecido fue identificado como M.R.D., español de 70 años de edad. Los primeros exámenes a los que fueron sometidos tanto el cadáver como la caseta apuntaban a que la víctima podría haber fallecido intoxicado por inhalación de monóxido de carbono desprendido por un brasero.

La caseta, de reducidas dimensiones, no contaba con otro sistema de calefacción que un brasero alimentado con cáscaras de almendras. Según los primeros indicios, el hombre se había quedado dormido y falleció intoxicado por la inhalación del gas.

La Guardia Civil realizó una detenida inspección ocular en el lugar y no detectó en ella señales de la intervención de otras personas en la muerte. En cualquier caso, los investigadores estaban a la espera de que la autopsia, que le será practicada en breve, determine con exactitud las causas del fallecimiento.

El monóxido de carbono provoca lo que se conoce como "muerte dulce", ya que las víctimas suelen quedar adormecidas por la inhalación de gas sin sensación de asfixia antes de fallecer.

Suele producirse en lugares mal ventilados donde consumen combustibles como gasolina, leña o carbón.