El jefe del grupo de Homicidios de la Policía Nacional explicó ayer durante el juicio que, según la autopsia, María Luisa Perún había recibido una paliza, tenía el cráneo partido y signos de estrangulamiento. El investigador y varios de sus compañeros destacaron el hallazgo de un diario en el que la víctima relataba malos tratos y que descubrieron que el hijo había buscado en Internet cómo limpiar la sangre de un crimen.

Los agentes de Policía explicaron que fue el padre quien contactó con la sala del 091 y dijo que su mujer se había suicidado. Uno de los aspectos más llamativos de la escena era un montón de ropa colocado junto a una puerta para evitar que la sangre se extendiera hacia el salón.

"El padre dijo que durmió toda la noche y encontró el cuerpo al levantarse. El hijo ofreció cuatro versiones en dos horas. Primero dijo que no había visto ni oído nada y que su padre le despertó y vio el cuerpo. Luego añadió que había escuchado un grito a las ocho de la mañana", explicó el jefe de Homicidios. El investigador contó que decidió detenerlos a los dos tras ver el cadáver, ya limpio, en el Instituto de Medicina Legal. "Le habían dado una paliza. Tenía el cráneo partido en dos, una señal en el cuello de que la habían estrangulado, señales de defensa y hematomas en diferente estadio de evolución", señaló. El joven, tras ser detenido, ofreció otras dos versiones. En una aseguraba que había escuchado una fuerte discusión entre sus padres y cómo su madre agonizaba, y en la otra agregó que vio a su padre golpear tres veces a su madre con una mancuerna.

La Policía encontró, escondido en un hueco debajo de una mesa, un diario en el que la víctima relataba los malos tratos a los que su hijo la sometía desde hacía varios años. Según les contaron algunos testigos, el joven había anunciado a su madre, durante una visita a una finca propiedad de la familia: "Aquí te voy a matar y te voy a enterrar".

Los investigadores explicaron además que encontraron el arma del crimen envuelta en unos calzoncillos y ropa del joven, manchada de sangre, oculta bajo una cajonera. Además, había gotas de sangre en la cocina, la coladuría y un grifo. Los agentes señalaron además que no hallaron muestras biológicas relevantes ni en la ropa que llevaba el padre ni en su dormitorio.

Los policías explicaron también que al analizar el ordenador del hijo de la víctima descubrieron que había realizado búsquedas en Internet acerca de cómo limpiar la sangre de la escena de un crimen.