Los paneles luminosos de los vehículos de los Bombers de Palma han sido objeto de discordia en los últimos días. Hasta el punto de que la Guardia Civil les ha sancionado con dos multas de 80 euros cada una. El motivo es que tanto los coches patrulla del Instituto Armado como los vehículos de extinción de incendios llevan en la capital balear los rotativos del mismo color: azul. La normativa europea establece que ese es el color para ambos. En cambio la autonómica hace una marcada diferenciación. Solo la Guardia Civil y la Policía pueden usar ese color. Para el resto se reserva el naranja. Pero un mando se anticipó y reemplazó los paneles por el color comunitario. Hace unos días un camión de bomberos sufrió una avería en la Vía Cintura. Agentes de la Guardia Civil de Tráfico acudieron al lugar y se percataron de que no usaban las señales lumínicas con el naranja correspondiente. El resultado fue una multa de 80 euros. Un mecánico y un mando se desplazaron del parque. Al no llevar tampoco paneles azules, recibieron otra multa de 80 euros. Un total de 160 euros de una tacada.

Los peligros del kickboxing

El martes pasado se suspendió un juicio en Via Alemania porque el acusado se hallaba indispuesto. El hombre estaba imputado por un delito de detención ilegal por retener varias horas a su expareja dentro de un coche en Peguera (Calvià). El sospechoso no compareció en la sala por motivos de salud. La culpa de todo la tenía el kickboxing. El afectado, que practica este deporte, se había roto los huesecillos de los oídos con tanto golpe. Esto le provocaba falta de concentración y continuas cefaleas, según el parte médico que aportó su abogado.

Charla telefónica en el juicio

Pese a los letreros que indican que hay que apagar los teléfonos móviles antes de entrar en un juicio o a las advertencias que hace el tribunal antes de iniciar la vista oral, no es extraño que más de una vez se cuele alguna melodía. Esta semana, durante un juicio a un clan de narcos de Son Banya en la Audiencia de Palma, empezó a sonar un toque de corneta entre el público. El dueño del aparato se apresuró a silenciarlo. La cosa no quedó ahí porque, minutos después, recibió otra llamada y no se le ocurrió otra cosa que descolgar y ponerse a hablar en tono bajo, mientras se desarrollaba la sesión. La conversación fue muy corta. Pero para más inri la escena se repitió un poco más tarde. Una funcionaria intervino de inmediato y le llamó la atención. No le quedó más remedio al hombre que interrumpir la charla con su interlocutor.

A la caza de la cucaracha

En el juzgado de guardia de Palma y en los calabozos hay unos extraños inquilinos en los últimos días: una invasión de cucarachas. Los insectos voladores han puesto a prueba a más de uno. Los aficionados a la caza han demostrado su pericia. Por la noche, los animales se cuelan en las habitaciones donde duermen los funcionarios. Alguno se ha despertado sobresaltado a altas horas de la madrugada con tan ingrata y repugnante compañía. A golpe de zapatilla, también voladora, ha intentado acabar con ellos. Pero los bichos se resisten a los ataques.

fuga a barcelona

Hace varios días un menor que se había fugado del centro de es Pinaret fue localizado nada más y nada menos que en Barcelona. Nada más encontrarle en la Ciudad Condal se dio aviso a las autoridades. El adolescente se había escapado del centro de menores de Marratxí hacía poco tiempo.

Polémica Las señales luminosas de la discordia

En los últimos días se ha desatado una encendida polémica entre dos cuerpos habituados a trabajar codo con codo en las situaciones más arriesgadas. Los rotativos azules de los vehículos de Bombers de Palma, autorizados en la UE pero no en la comunidad autónoma de Balears, les han hecho recibir en una sola jornada dos multas de la Guardia Civil de un total de 160 euros.