Los videojuegos de guerra les unieron y acabaron planeando y ejecutando el asesinato del padre de uno de ellos. Los dos jóvenes detenidos por matar a Andreu Coll Bennàsar, el empresario de Alaró cuyo cadáver fue hallado el pasado 30 de junio en un campo a las afueras de Bunyola, compartían su gran afición por las videoconsolas y las partidas de simulaciones de guerra.

Andreu Coll Tur, de 19 años, hijo de la víctima, y Francisco Abas Rodríguez, de 20 y vecino de Zaragoza, se conocieron tiempo atrás a través de Internet. Los dos muchachos forjaron una gran amistad y se comunicaban gracias a los videojuegos de guerra como Call of Duty. Andreu Coll era un experto en la materia, además de un gran usuario de las redes sociales. Ambos llegaron a convertirse en amigos íntimos y casi "almas gemelas", según sus conocidos. De hecho, querían irse a vivir juntos al mismo domicilio, idea que no agradaba al empresario de Alaró fallecido. El pasado 30 de junio, el día del crimen, Francisco Abas se encontraba de vacaciones en la isla como invitado de Andreu Coll.

No era la primera vez que los dos jóvenes compartían unos días de descanso. Ambos disfrutaban conduciendo un flamante deportivo Audi TT. También les gustaban las motos. Andreu Coll trabajaba para la empresa de su padre y se había acomodado a una vida adinerada. Tras sus rostros aniñados, destaca una sorprendente frialdad. Pese a su frágil aspecto físico y la escualidez de Andreu Coll, ambos demostraron una violencia desproporcionada a la hora de perpetrar el crimen. Ya lo habían planificado con anterioridad. Andreu Coll, el único heredero de su padre, habría manejado a su amigo, al tener un carácter más dominante. Formado en buenas escuelas, el odio pudo cegarle.