Probablemente no hubo una única causa del accidente de avioneta ocurrido el pasado viernes junto al aeródromo de Son Bonet, sino una concatenación de ellas. A falta de la confección del informe técnico por parte de los expertos de Aviación Civil, las primeras pesquisas apuntan a que el siniestro, que dejó tres muertos y un herido muy grave, se debió a un fallo humano en la configuración de los alerones, en una aeronave al límite de su capacidad y a un súbito cambio en la dirección del viento. Todos estos factores, que por sí solos no habrían provocado la pérdida de altura de la avioneta, unidos pudieron ser determinantes en el siniestro.

El accidente ocurrió sobre las cinco de la tarde del viernes, apenas unos segundos después de que la avioneta Cessna 172 en la que un grupo de cuatro amigos se disponía a realizar un vuelo de recreo se estrellase contra el suelo. La proximidad del siniestro al aeródromo, a apenas 600 metros de distancia, permitió que fuera visto por diversos pilotos, que desde un principio detectaron aspectos extraños en la avioneta.

Lo primero que les llamó la atención fue la disposición de los alerones que salen de las alas, en posición de "full flap", muy bajos. Esta configuración se utiliza para aterrizar, aunque también para lograr mayor sustentanción durante el despegue.

A ello se unió que la avioneta iba, en palabras de pilotos expertos, "muy pesada". Iba al máximo de su capacidad, cuatro personas, y el depósito había sido llenado el día anterior, aunque ya había realizado algún otro vuelo.

Los expertos también tienen en cuenta las condiciones del viento. Cinco minutos antes de despegar, el piloto tuvo que alterar la maniobra por un cambio en la dirección del viento. Y el viento volvió a cambiar cuando se produjo el accidente, según los testigos.

Los técnicos de Aviación Civil intentan reconstruir el recorrido seguido por la avioneta desde que despegó hasta que se estrelló contra el suelo, cerca de la Vía Conectora, la carretera que va de Alcampo a Son Ferriol. A unos 30 metros del lugar del impacto había un árbol con una rama desgarrada, que debió ser el primer punto de colisión del aparato. De estos primeros análisis se deduce que la avioneta pudo tratar de realizar un giro de 180 grados, quizá en un intento de regresar al aeródromo ante las dificultades de mantenerse en el aire.

Durante los últimos días, agentes de la Guardia Civil y técnicos de Aviación Civil han examinado detenidamente los restos del aeroplano y el lugar del accidente, para confeccionar un informe en el que determinar de forma fehaciente las circunstancias exactas del siniestro.