La Fiscalía de Seguridad Vial ha imputado a dos agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Mallorca por un presunto delito de falsedad documental, al duplicar los test de alcoholemia para mejorar las estadísticas y cobrar los incentivos por productividad. Otros 17 agentes del Instituto Armado estarían implicados en menor medida.

Los hechos que se les imputan ocurrieron entre los años 2010 y 2011. Las estadísticas y la detección de positivos de alcoholemia en Balears fueron las más elevadas de toda España. Al menos una treintena de controles de alcoholemia practicados en las islas estarían bajo sospecha.

De acuerdo con la investigación, estos agentes de la Guardia Civil de Tráfico priorizaban las sanciones administrativas frente a las penales. De hecho, en algunos casos llegaban a esperar más de una hora y media para hacer una segunda prueba al conductor que había dado positivo y que su nivel descendiera del 0,60, el margen a partir del cual es considerado delito. Algunos de los boletines de denuncia duplicados eran colocados a estos conductores.

Según las pesquisas de la Fiscalía, estos agentes del Instituto Armado pretendían evitar a toda costa todos los trámites por la vía penal de los positivos al volante. Preferían emitir un mayor número de boletines de denuncia por infracciones administrativas. Esta circunstancia les permitiría cobrar el incentivo por productividad en la nómina y una reducción de jornada de unas cuatro horas.

Los conductores a los que se le adjudicó el boletín de otros automovilistas que habían dado positivo en alcoholemia habrían salido beneficiados. De hecho, muchos de los que hubieran tenido que ser detenidos por superar el límite penal del 0,60 miligramos de alcohol por litro de aire expirado tan solo habrían tenido que abonar una multa.