La mujer de 32 años que anteayer asestó una cuchillada por la espalda a su marido durante una pelea en Palma aseguró a los policías encargados del caso que está arrepentida. Los investigadores creen que la discusión entre ambos se originó cuando el hombre recriminó a su pareja que hubiera estado toda la noche de fiesta pese a que tiene un bebé de ocho meses y una niña de nueve años. La víctima permanecía ayer en el hospital Son Espases, en estado grave pero fuera de peligro, mientras que la juez decretó prisión provisional sin fianza para la acusada. No consta ninguna denuncia por malos tratos entre ellos, según fuentes policiales.

Las investigaciones del grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía apuntan a que la agresión se produjo durante una acalorada discusión. Parece ser que la mujer, identificada como Giselle O., brasileña de 32 años, regresó a su domicilio de la calle Rafaletes, en la barriada palmesana de Portopí, hacia las nueve de la mañana del lunes. Su compañero le recriminó que llegase tan tarde a casa tras pasar toda la noche de fiesta a pesar de que tienen dos hijos, un bebé de ocho meses y un niña de nueve años. La mujer zanjó la riña clavando un cuchillo de cocina en la espalda de su compañero, cerca de la axila.

El hombre logró salir de la vivienda por sus propios medios y pedir ayuda. En el ascensor se topó con un vecino, que alertó de inmediato a los servicios de emergencias. La víctima fue atendida en el lugar de los hechos y trasladada de urgencia al hospital Son Espases, mientras la Policía Nacional abría una investigación para aclarar los hechos.

Los agentes pudieron hablar con el afectado, que acertó a decirles que había sido atacado por su mujer. Cuando los investigadores acudieron al domicilio, encontraron allí a la sospechosa, presa de un ataque de nervios y repitiendo una y otra vez que había apuñalado a su marido. Fue arrestada y, tras ser atendida en una centro médico de la crisis que padecía, conducida a comisaría. Los agentes encargados del caso comprobaron que no existen denuncias por malos tratos en la pareja, aunque algunos vecinos de la finca explicaron tras la agresión que "peleaban y gritaban muy a menudo".

El Servicio de Atención a la Familia (SAF) se hizo cargo de los menores hasta que los policías lograron localizar a la abuela paterna, que se hizo cargo de ellos.

Los investigadores del grupo de Homicidios interrogaron ayer por la mañana a la sospechosa sobre lo sucedido y, aunque se acogió a su derecho a no declarar, afirmó que estaba arrepentida de lo que había hecho. A primera hora de la tarde, la acusada fue trasladada a Vía Alemania y puesta a disposición del juzgado de instrucción número 10 de Palma, que decretó su ingreso en prisión.

Mientras, la víctima, de 47 años, permanecía en el área de observación del hospital Son Espases. Su estado continuaba siendo grave, pero los médicos no temían por su vida y estaba previsto que en las próximas horas sea trasladado a planta.