"Agresivo, celoso y muy machista". El perfil de Antonio L.P., el joven de 18 años acusado de matar a golpes a su madre en Palma, que dibuja su exnovia habla de un maltratador que tenía sometida y aterrada a su progenitora. "Tenían una relación malísima. Él lo arreglaba todo a golpes y ella tenía mucho miedo. Esa casa era un infierno", asegura la chica, que tiene una hija en común con el sospechoso "de la que no quiso saber nada". La muchacha, también de 18 años, asegura que fue testigo de las agresiones de Antonio a su madre y que ella misma las sufrió. Hace tres meses le denunció por los malos tratos "habituales" a los que la sometió cuando todavía era menor y estaba embarazada, aunque el juzgado le denegó la orden de alejamiento y archivó la causa. "Cuando se enteró de que había puesto la denuncia, se inventó que mi familia lo había secuestrado y torturado. Está loco", asegura.

La chica, que prefiere no ser identificada, mantuvo una relación sentimental con el acusado durante un año y nueve meses, hasta el pasado mes de octubre. "No llegamos a convivir, pero a veces yo me quedaba a dormir en su casa. Él tenía una relación malísima con su madre y la maltrataba. Yo he visto cómo le pegaba. Un día la defendí y acto seguido fue a por mí y perdí el conocimiento", relata la joven. "Ella nunca le denunció. Tenía miedo, al igual que yo". Esta testigo, que declaró tras el crimen ante los agentes del grupo de Homicidios, afirma que las discusiones de su exnovio con su madre eran habituales y por asuntos triviales. "Eran por tonterías. Tenías que medir tus palabras para hablar con él, porque lo arreglaba todo a golpes", asegura. La relación entre el presunto autor del homicidio y su progenitor, que está acusado de encubrirle, es muy diferente: "Le tiene respeto. Era el padre el que le consentía y le daba dinero".

La joven afirma que ella también sufrió agresiones por parte de Antonio L.P., aunque no denunció hasta diciembre pasado, dos meses después de concluir su relación. "Era agresivo, celoso como él solo y muy machista", recuerda. La chica explicó en un juzgado de violencia sobre la mujer de Palma que en enero de 2012 la tiró contra una estantería y le dio puñetazos en la barriga. En aquel entonces estaba embarazada de dos meses, aunque todavía no lo sabía. La joven relató también que en abril de aquel año le clavó unas tijeras en el brazo y le propinó golpes en la cara y la tripa. También aseguró que le había roto dos móviles y un portátil por hablar con otros chicos y que la insultaba y humillaba habitualmente, por lo que solicitaba una orden de alejamiento. Antonio L.P. declaró como imputado días después y negó todas las acusaciones. El caso quedó sobreseído a mediados de enero.

"Al recibir mi denuncia de malos tratos se inventó que mi familia lo había secuestrado", recuerda su expareja, hechos por los que Antonio L.P. acabó siendo detenido. Horas después de declarar en el juzgado, el joven llamó a su madre entre sollozos y aseguró que lo habían secuestrado y torturado. Tenía tres cortes en una pierna, por los que recibió cinco puntos de sutura, y acudió a la Policía para presentar una denuncia. El joven afirmó que dos personas lo habían abordado por la calle y tras dejarlo inconsciente con un narcótico, lo habían metido en una furgoneta. En el vehículo lo desnudaron e hicieron ademán de cortarle los genitales, aunque finalmente solo le hicieron los cortes en el muslo. Antonio L.P. insinuó que tras su secuestro podía estar la familia de su expareja. La Policía investigó lo ocurrido y llegó a la conclusión de que todo era mentira, por lo que detuvo al joven el pasado 31 de enero. Él mismo acabó confesando que la denuncia era falsa y que se había autolesionado con una cuchilla de afeitar.

"Le prohibió ver a su nieta"

Tras el nacimiento de su hija en junio pasado, la pareja mantuvo cierta relación durante unos meses, en los que el joven iba a ver a la niña . "Lo dejamos porque él se quería ir a estudiar a Alemania. Luego dijo que era muy joven para ser padre, típicas excusas para irse. Desde que yo cumplí los 18, a finales de julio, dejó de venir. No me puse en contacto con él, no quería ni quiero. Sabía que si quedaba con él había riesgo de que pasase algo parecido, pero conmigo o con mi hija", cuenta la joven. "Su madre venía a ver a la niña a escondidas. Antonio y su padre no querían que la viese, lo tenía prohibido". De hecho, la mujer llegó a advertirle a la expareja de su hijo que tuviera cuidado porque creía que el joven las vigilaba. "Era una mujer que se hacía querer. Yo la tenía en un pedestal", dice la chica sobre la víctima. "Espero que a Antonio le caigan muchos años. No se merece ver la luz del sol en lo que queda de vida."