La fiscalía australiana ha presentado 130 pruebas contra la pareja de Palma y los otros dos españoles detenidos en aquel país en un velero cargado con 300 kilos de cocaína. Los cuatro permanecen encarcelados desde su arresto en noviembre del año pasado y serán juzgados en los próximos meses por la Corte Suprema de Bundaberg, donde podrían ser condenados a cadena perpetua.

Iván María Ramos, que residía en Palma junto a la también acusada Julia Boada, fue excarcelado el pasado día 13 para comparecer ante la jueza que investiga el caso. Durante la vista, el fiscal aportó 130 evidencias recabadas en varios países sobre la implicación de los cuatro acusados en el alijo, una de las mayores incautaciones de cocaína de la historia de Australia. Además, la acusación explicó que está a la espera de recabar más pruebas en Estados Unidos, Nueva Zelanda y Vanuatu.

El letrado de Ramos, por su parte, reconoció que existen indicios contra su cliente pero señaló que está a la espera de que se concrete la acusación. "Este hombre ha estado en prisión desde noviembre del año pasado y, usando las palabras de nuestro presidente del Gobierno, quiere que las cosas avancen", dijo. Los abogados de otros dos de los acusados, José Herrero y Miguel Ángel Sánchez, apuntaron además que sus clientes habían tenido "problemas de financiación", causando retrasos en la causa. La magistrada explicó durante la vista que el caso será juzgado por la Corte Suprema de Bundaberg, aunque la fecha no será fijada hasta dentro de unos meses.

Ivan Ramos y Julia Boada, de 38 y 37 años, residían en la barriada palmesana de sa Calatrava. A finales del verano de 2011, ella dejó su trabajo en un comercio del mercado de Santa Catalina y ambos partieron a Australia. Según explicó Boada a sus conocidos, iba a cuidar de unos niños en un yate. En noviembre de aquel año, los dos fueron detenidos en el puerto de Bundaberg con 300 kilos de cocaína en un velero.