Los investigadores de la Guardia Civil estaban volcados ayer en reconstrucción del círculo más íntimo de María Karina Rosales Rivera, la mujer venezolana de 39 años que el domingo por la noche apareció asesinada en una casa abandonada de Cala Salada, en Eivissa. La autopsia confirmó ayer que la mujer, que trabajaba como maquilladora, fue golpeada y posteriormente degollada con varios cortes en el cuello.

Agentes de la Guardia Civil de Eivissa, apoyados por miembros del Equipo de Delitos contra las Personas y técnicos de laboratorio desplazados expresamente desde Palma, proseguían ayer con intensas gestiones para tratar de resolver el asesinato. Las primeras pesquisas permitieron identificar a la víctima como María Karina Rosales Rivera, venezolana de 39 años residente en Sant Josep.

Durante la mañana de ayer los forenses de Eivissa llevaron a cabo la autopsia al cadáver. Las principales conclusiones de esta práctica son que la mujer murió tras recibir varios cortes en la garganta con un arma blanca que le seccionaron la tráquea. La mujer tenía también señales de golpes en la cabeza y pequeñas heridas en los dedos, compatibles con un intento de defensa.

Los forenses estimaron que el crimen ocurrió el sábado por la noche, aproximadamente unas 24 horas antes de que apareciera su cuerpo en una casa abandonada en la zona de Cala Salada.

La víctima no tenía señales de haber sufrido ningún tipo de agresión sexual e iba vestida, en contra de lo que se informó en los primeros momentos tras el hallazgo del cadáver.

La víctima vivía en una casa de campo con su pareja, que ayer mismo fue interrogado por los agentes de la Guardia Civil, que inicialmente descartaron su participación en el crimen. El paso siguiente era la búsqueda de las personas que formaban el círculo más cercano de la víctima. Los investigadores de la Guardia Civil tenían previsto tomar declaración a varias amigas y a antiguas parejas de la fallecida.

La Guardia Civil descubrió ayer que María Karina Rosales había protagonizado varios incidentes violentos con algunas de estas parejas anteriores, que se habían saldado con denuncias cruzadas. El más grave de estos casos ocurrió en 2009 en la isla canaria de La Palma, donde al parecer mantuvo una fuerte discusión con su pareja. Karina Rosales aparecía aquí como denunciante y como denunciada.

El cadáver fue descubierto por varios jóvenes el domingo por la noche en el interior de una casa abandonada en una zona poco transitada, cerca de Cala Salada. Se trata de una casa frecuentada por ocupas. El cuerpo estaba semioculto bajo escombros y cartones.

Ante los primeros indicios de que se trataba de una muerte violenta, la Guardia Civil acordonó la zona. Agentes de la Policía Judicial, reforzados por investigadores de Palma, realizaron una inspección ocular durante todo el lunes.