Luis Rodrigo Q.Q., acusado de asesinar a María Elena Salcedo y de descuartizar su cuerpo a finales de 2009, indicó en su primera declaración judicial que se trató de una muerte accidental. Según relató, discutió con la mujer, con la que mantenía solo una relación de amistad, la empujó, ella cayó al suelo, se golpeó la cabeza y murió. Luego, el imputado confesó que se asustó y, por ello, decidió deshacerse del cadáver. Luis Rodrigo admitió que descuartizó el cuerpo sin vida con un hacha que siempre llevaba en el coche, ya que trabajaba como albañil, y escondió los restos humanos a las afueras de sa Ràpita. La desaparición de la víctima causó conmoción entre sus allegados.