­Un hombre denunció a la Policía en Palma que había sido abordado a la salida de su casa por cuatro individuos, que le recriminaron que llevara unos parches de la banda motera Hell Angels. Le golpearon, le causaron daños en su motocicleta y le exigieron que les entregara el vehículo y una cantidad de 200 euros a la semana, con amenazas de muerte. La Policía Nacional les detuvo al día siguiente. Se trata de tres españoles y un alemán, pertenecientes a las bandas Hell Angels y Corsarios.

Los hechos ocurrieron el jueves. Según explicó la victima, los cuatro individuos le estaban esperando en la puerta de su domicilio. Cuando salió le llevaron hasta un aparcamiento, donde le golpearon, le quitaron su teléfono móvil y causaron daños a su motocicleta. Los agresores le recriminaron que hubiera adquirido unos parches de la banda Hell Angels. Uno de ellos le amenazó para que le diera su moto, y cuando se negó, le espetó: "De todas maneras la moto va a ser nuestra". Luego le dijeron que cada semana le iban a llamar para que les entregara 200 euros, y si no, le matarían.

La víctima denunció los hechos ante la Policía. Al día siguiente, cuando los agresores le llamaron conminándole a que se reuniera con ellos en un bar, los agentes instalaron un fuerte dispositivo de vigilancia alrededor del local, tanto para interceptar a los sospechosos como para proteger al denunciante.

A la hora prevista, dos individuos se reunieron con él en el bar, uno de ellos muy corpulento. Los policías, que les vigilaban discretamente, se percataron de que mantenían una discusión y que uno de ellos intentaba agredir a la víctima por debajo de la mesa donde se encontraban. Cuando se levantaron con la intención de marcharse, fueron arrestados, aunque uno de ellos opuso una fuerte resistencia a los agentes.

Horas después fueron detenidos los otros dos presuntos implicados. Según la Policía, pertenecerían a las bandas Hell Angels y Corsarios. Algunos de los miembros de estos grupos han protagonizado anteriormente episodios violentos y practican la extorsión para recaudar fondos.

La víctima manifestó posteriormente que en el bar los hombres le habían dicho que en vez de 200 euros, les tenía que pagar 300.