Cuatro empresarios se sentarán el lunes en el banco de los acusados para responder de un delito de estafa. Se trata de los antiguos directivos de la empresa Chárter Air Brokers, que se dedicaron a organizar cursillos de pilotos comerciales que nunca llegaron a organizarse pero por los que cobraron elevadas cantidades económicas.

Los acusados, para los que el fiscal pide seis años de cárcel para cada uno, anunciaron en la prensa estos cursos. Les ofrecían a los alumnos, no sólo formación teórica y práctica, sino incluso un contrato laboral en una empresa de aviación una vez concluido el curso. A cambio debían entregar 18.000 euros. Fueron muchos los pilotos que cayeron en la trampa. Pagaron el dinero, pero no realizaron ningún cursillo ni tampoco tuvieron después empleo.