Feminismo, transgresión, controversia... Son términos que definen a Malafolla, un proyecto formado por tres diseñadores gráficos que lleva consigo un fuerte componente social. Víctor Dorado, Mar Balaguer y Juan Francisco Mota estudiaron diseño gráfico, aunque Dorado y Mota son también ilustradores y Balaguer es, además, diseñadora de moda. Ellos son los responsables del colectivo. Les movían las ganas de llevar a cabo una aventura ambiciosa. Los tres componentes ya mantenían contacto anteriormente, ya que Balaguer y Dorado realizaron carteles para movimientos sociales y organizaciones, y Mota estudió con Víctor. "Llega un momento que quieres pasar de ser amateur a dedicarte semi-profesionalmente, con aspiraciones a hacer del diseño una profesión propiamente dicha", comentan. Y así lo hicieron. Empezaron a hacer serigrafía en casa, pero se les quedó pequeño, así dieron un gran paso: encontrar un lugar en común, con una zona de trabajo, horarios y material. En verano de 2016 nació Malafolla, que estrenó parte de su material en la edición del Artdemossa de ese año. Tras medio año dándose a conocer por las redes y fijando su centro de operaciones en los domicilios de los diseñadores, en diciembre de 2016 encontraron la que es ahora su base: Casa Planas. El centro cultural les dotó de un local, que reformaron a su gusto e hicieron de este su centro de operaciones. Y ahí siguen, con un año de vida y una inmensidad de disciplinas a elaborar. Desde láminas, serigrafía, pegatinas o ropa, pasando por proyectos de identidad corporativa o cómics.

"Entendemos que muchas de las cosas que hacemos a alguna gente no le pueden gustar. Hacemos un contenido muy social y político, con un cariz contestatario y provocativo", afirman los responsables, que buscan hacer pensar y crear debates internos a la gente. "También rescatamos algunas piezas de cuando estábamos en solitario e intentamos tocar la identidad propia, con la dualidad de la parte moderna y la parte más tradicional sin caer en folclorismo", añaden. Esas aspiraciones confluyen en una corriente transgresora y políticamente incorrecta.

El punto de encuentro entre los tres se encuentra con paciencia, pero nos se complementan fácilmente. "Muchas veces llegamos a ideas que no podríamos alcanzar sin la ayuda del grupo. Tenemos seis manos para hacer cualquier cosa", reconocen. Aunque siempre es difícil ponerse de acuerdo a la hora de realizar un proyecto o una obra, el mensaje final es una idea global de Malafolla, no existen distinciones. Los tres son transgresores, y les gusta.

"No nos hemos encontrado hasta ahora con límites a la hora de publicar nada. Tratamos todos los temas y cuando provocamos lo hacemos sin cruzar líneas rojas. Es simplemente para rozar con la gente y despertar debates", relata Malafolla, que hasta su producto más amable de contiene ese cariz reivindicativo. Una de las obras que más éxito ha tenido en este año de vida del colectivo ha sido una lámina con el mensaje "Jo de gran vull ser feminista". Una imagen suave y estremecedora, pero con un contenido potente que hace gala de una de las reivindicaciones más presentes en las obras de Malafolla: el feminismo. "No perdemos nuestra esencia para contentar a todo el mundo", aseguran.

El proyecto fuera del taller

Aunque aún no disponen de tienda online, aseguran que no tardará mucho. Esta se incluirá en su página web, www.malafollacrew.com, que está publicada, aunque "también necesita un par de pinceladas". "Nos movemos muchísimo por redes sociales y los mercadillos, que también son una fuente de ingresos", comentan. Los encargos de particulares y empresas conforman la segunda fuente de ingresos de la iniciativa. También tienen algunos productos en Rata Corner y en Maricastaña, que hasta la fecha son los puntos de venta físicos en los que puedes encontrar algunas de sus piezas.

El ´serilumen´ y objetivos

En este 2018, Malafolla quiere abrir la tienda online y terminar definitivamente la web. También quiere hacer algún proyecto grande, así como exposiciones propias y darse a conocer más allá de las redes sociales y los mercadillos. Uno de los productos que prometen ser claves en este año que viene es el "serilumen", unas piezas originales que presentaron hace unas semanas en el Rata Market y que consisten en serigrafías enmarcadas e iluminadas desde dentro. "Digamos que es nuestro producto más elaborado y original", afirman.

Sin lugar a dudas un proyecto joven con grandes aspiraciones y originalidad, que removerá conciencias y luchará por sus ideales con el diseño como herramienta de transformación social.