El arquitecto madrileño afincado en Mallorca y exsenador socialista Felipe Sánchez-Cuenca falleció en Palma el pasado sábado noche a los 85 años de edad como consecuencia de una larga enfermedad.

De padres jienenses, el nombre de Sánchez-Cuenca está estrechamente ligado a la historia reciente de la arquitectura y la política de la isla. Fue el artífice de construcciones emblemáticas como el Edificio Reina, el Hotel Punta negra o la Escuela de Vela Calanova y en 1973 fue uno de los fundadores del Partido Social Demócrata de Balears (PSD). Además, entre 1982 y 1986, fue nombrado senador socialista por Mallorca.

Sánchez-Cuenca nace en Madrid en 1931. Durante la Guerra Civil es acogido por su familia andaluza hasta que acaba la contienda en 1939, año en el que se reúne de nuevo con sus progenitores en Madrid. A finales de los años cuarenta, realiza su primer viaje a Mallorca por invitación de un tío suyo, Manuel López Ruiz, destinado como médico en la base de hidroaviones de Pollença. Desde ese momento, su familia pasa todos los veranos en la isla, primero en el municipio del norte de la isla y posteriormente en Cala Rajada. En 1960, se casa con María del Carmen Alomar, hija del arquitecto y urbanista Gabriel Alomar, conocido por su Plan de Ordenación Urbanística de Palma de Mallorca. Un año después, finaliza el doctorado de arquitectura y comparte despacho con Gabriel y Antonio Alomar. En los setenta es nombrado delegado del Colegio de Arquitectos de Cataluña y Balears.

Cuando el PSD se integra en UCD, Sánchez-Cuenca pasa al PSOE. Allí vuelve a coincidir con Toni Ramis y otros conocidos como Emilio Alonso y Félix Pons, quienes le proponen para el primer Consell de Mallorca de la nueva etapa democrática. Así, en 1979 se convierte en conseller insular y entre 1982 y 1986, en senador por Mallorca. Ese mismo año es elegido como parlamentario europeo. En 1988 regresa a su despacho de arquitecto hasta su jubilación. Felipe Sánchez-Cuenca fue militante del PSOE hasta su fallecimiento.