Estudió magisterio de Música, más que nada por la pasión que siente por ella y el hecho de poder ejercer como maestro, asegura. Pero terminó siendo un miembro más de la familia de los cómicos españoles. "Aún no sé muy bien porqué", afirma. Lo cierto es que Julián López se ha forjado una sólida carrera como humorista que sube como la espuma.

Fue precisamente en la universidad donde se cruzó con sus compañeros de Muchachada Nui, con los que inició un exitoso proyecto que les catapultaría a los grandes canales de televisión. "Vi un filón muy grande", declara. Una oportunidad, de hacer algo "entre amigos, sin pretensiones", que no podía dejar pasar y que "me encantó. Me agarré como un clavo ardiendo. Creó un público de culto y nos sentimos muy bien arropados", detalla.

Desde entonces, Julián López no ha dejado de cosechar éxitos en los teatros, en los platós de televisión y recientemente en la gran pantalla de la mano de Borja Cobeaga, del que dicen es su "actor fetiche". Con él ha rodado películas como Pagafantas (2009) o No controles (2010). "Estoy maravillado con Borja, se lo debo todo", afirma Julián López al hablar del director. Depositó toda su confianza en él y funcionó. "Tenemos mucho en común, el humor y muchas referencias".

"Somos normales"

El cómico admite ser muy tímido. De esos que sorprenden a la gente por la tranformación que sufren en el escenario. "A veces me dicen ¡qué serio eres! ¿Y eso es posible?, ¿un cómico serio?" Asegura que sí. Desecha la percepción que se tiene de la persona, abducida por el humorista y separa personajes de su propia personalidad y de su vida . "A veces proyectas una imagen tan cómica que la gente se cree que eres así", indica. "Somos gente normal", añade.

En su ajetreada agenda ha hecho un hueco para actuar en la isla. Este sábado pisará el escenario del Auditòrium de Palma para hacer una de las cosas que mejor se le da, hacer reír a la gente. Pero no viene solo. Le acompaña su compañero de quimeras Raúl Cimas.

El show es "monologuismo puro y duro", una selección "de nuestros mejores textos", avanza. Comparten escenario en varios momentos del espectáculo, el instante de mayor química y el "más directo con el público", estima.

"Tenemos muchos puntos en común", asegura en relación a Raúl Cimas. Su espectáculo abordará varias temáticas, escenas de la vida cotidiana que parodian y en las que el público se identifica; hablarán de la familia, de los padres, de la convivencia con la novia, de la relación humana con los animales y ya que están en Palma, de Mallorca y los mallorquines, explica. Todo ello con un humor, a veces salpicado de sarcasmo y con un puntito dramático que promete. En su receta para la risa introducen, asimismo, un toque de denuncia para hablar de "la violencia".

"El humor es necesario porque es algo inherente al ser humano, como la música", declara. Rehuye de los tópicos y de que sea la mejor medicina contra la crisis. "Hay que reirse, si luego va bien para olvidarte de los problemas, fenomenal, porque de eso se trata", afirma.

Se manifiesta a favor de la Ley Sinde desde su posición de "persona que sólo mira el mail y los periódicos por internet. Yo compro el arte, los DVD, los discos...". . Evita hablar de la dimisión de Álex de la Iglesia y si tiene que elegir entre el teatro y el cine, no puede quedarse con ninguno. "El teatro y la televisión te dan la inmediatez y eso es tremendo", declara. Una experiencia "muy bonita y especial" diferente al cine, del que destaca la unión personal y el ambiente que se crea en torno al rodaje. Para Julián la satisfacción del cine es el resultado final, es una sensación "reconfortante".

En estos momentos se halla inmerso en varios proyectos. En abril se estrenará No lo llames amor, llámalo X, una parodia sobre el cine porno, del director Oriol Capel; y prepara la segunda temporada de Museo Coconut, un nuevo periplo de Muchachada Nui, que se emite en Neox. Y si eso fuera poco, también formará parte del reparto de Los Quien, la nueva apuesta humorística de Antena 3.