"Todo funciona en azul", explica el artista Ñaco Fabré (Palma, 1965) cuando alude a las piezas de Blue Days, título de la exposición que inaugura el próximo día 3 a las 20 horas en el casal Son Tugores de Alaró.

Telas, dibujos y esculturas navegan sobre añil para homenajear "esa luz que nos invade en el Mediterráneo", apunta el artista.

"Es una exposición muy concreta, algo que se me ha antojado hacer", donde la abstracción lírica vuelve a tomar fuerza, pero dando un paso más. "Me he arriesgado con el tono genérico del azul, a partir del cual he ido profundizando", asegura el pintor.

Tres telas medianas y una de grandes dimensiones (2 x 1,70 metros) que concentra todas las miradas: Viaje al Parnaso, que representa un pequeño "idilio" del artista con el monte griego, considerado la patria simbólica de los poetas. "Con esta obra pretendo cargar de sentido poético a todo este trabajo último realizado ex profeso para este espacio. Podría decirse que se trata de un viaje poético hacia la comprensión de uno mismo", argumenta el artista. Sobre las telas, se intuyen también algunas palabras que no pueden leerse, una suerte de caligrafía a ciegas.

La escultura es otra de las facetas desarrolladas por Fabré y que le sirve para expresar todo aquello que no alcanza a decir. En la muestra, "un montaje sutil y ligero", hay dos de pared y dos de suelo. "Están en contraposición con los cuadros, porque sus formas son geométricas y las pinturas más gestuales. Se crea un diálogo mudo entre las formas que se vigoriza con el color azul, un azul primario en las esculturas", detalla.

Almario, el refugio de las almas, es una descomposición de geometrías que parece una cruz pero que no lo es. Otra pieza es una escalera que va del suelo a la pared. Simboliza la posibilidad de ascender.

Fabré ya expuso en Son Tugores en Llum + Llum en 2002. La última vez que lo hizo en Palma fue en el Taller 6A, donde mostró una serie de monotipos que trabajó en Atlantis Arts Editions de París invitado por Jonathan Shimony.