El pintor de la música y de la partitura. Con este epíteto se conoce en el mundo del arte al artista gaditano Enrique Ochoa (1891-1978), que residió una larga temporada en Valldemossa hasta el día de su muerte. La Fundació Cultural Coll Bardolet, coincidiendo con el 30 aniversario de la muerte de este pintor, ha reunido en una exposición 30 dibujos a tinta inéditos que el artista pergeñó durante una de sus estancias en la Cartoixa.

Los dibujos, repartidos en dos salas de la segunda planta de la Fundació, forman parte de una colección inédita que la familia Ochoa ha cedido expresamente al centro para la exposición. Estos dibujos pertenecen a una serie unitaria, titulada L´ombra de Chopin a Valldemossa, que está centrada en la figura de este músico polaco que residió con George Sand en la celda número 4 de la Cartoixa durante el invierno de 1839.

Los trazos y la concepción del dibujo se sitúa entre el figurativismo y el abstraccionismo onírico. En ellos, es perfectamente posible reconocer el claustro de la Cartoixa, un piano e incluso las celdas. En otros, se hace patente la interpretación que hizo Ochoa de la música de Chopin, de esos sonidos fantasmales y melancólicos que reflejan a la perfección la negatividad de la estancia de un Chopin enfermo de tuberculosis.

El conjunto de obras resulta bastante oscuro, tenebroso, pese a que el color de la tinta sea de un negro azulado. Cuenta la directora de la Fundació, Silvia Pizarro, que hay una anédota, cuando menos curiosa, sobre este conjunto de obras: "La carpeta antigua que contenía estos dibujos, que llevaba también una portada pintada por Ochoa, hubo un tiempo en que se dio por perdida. El pintor la recuperó un viernes santo varios años después".

Esta treintena de obras sobre papel, que podrá visitarse hasta el próximo 17 de agosto, entronca directamente con sus conocidas Imágenes internas, reflejo de un mundo onírico con el que arrancó la etapa denominada plástica musical, en la que sus pinturas se transforman de la figuración a la abstracción, visualizando la plasticidad de la música y sus acordes rítmicos.

Fue en los años cuarenta también (los dibujos están todos datados en 1946), que Ochoa comenzó a crear imágenes sugeridas por diferentes composiciones musicales de grandes maestros, entre los que destacan Beethoven, Debussy, Bach, Albéniz o Manuel de Falla.

Esta muestra se inauguró ayer en la Fundació Coll Bardolet de Valldemossa. Al acto asistieron la vicepresidenta del Consell y consellera insular de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró; el alcalde de Valldemossa, Jaume Vila; la agregada cultural de la embajada de Polònia, Jadwiga Szpakowska; la directora de la Fundació, Silvia Pizarro, y José Estevez Ochoa, nieto del artista.