La Catedral de Mallorca está a punto de someter su fachada Norte a un lifting completo, unas obras de restauración y mantenimiento que durarán dos años y abarcarán desde el campanario hasta el portal del siglo XV, obra de Francesc Sagrera, hijo del arquitecto de sa Llonja, y desde la Casa de la Almoina, actual entrada del museo, hasta la esquina con la fachada principal. Con el visto bueno de la comisión de Patrimonio del Consell de Mallorca desde el pasado 9 de noviembre y un presupuesto global de 1,3 millones de euros, la restauración completa de la fachada de la Almoina de la Seo empezará de forma inminente y se ejecutará en varias fases, confirma el arquitecto Enric Taltavull, que dirigirá los trabajos junto al también arquitecto Sebastià Gamundí y la restauradora del Instituto del Patrimonio Histórico Español Ana Laborde.

"La restauración de esta fachada es un proyecto más amplio pero de menor complejidad que otros que hemos acometido en la Catedral, porque el lienzo es mucho más liso", indica Taltavull. "Aunque esa cara del edificio está orientado al Norte, se encuentra mucho menos afectada y deteriorada que la fachada del Mirador, que sufre la constante exposición al sol y la proximidad al mar", señala el arquitecto. "Se mantiene algo mejor, pero tiene elementos en mal estado que habrá que sustituir, aunque son casos aislados", precisa. "Necesita también cambios de instalación, un trabajo más cuidadoso en el portal del siglo XV que dirigirá Ana Laborde y un tratamiento general para eliminar la grasa y la polución que esconden la capa natural de mampostería". Taltavull es optimista y espera que los trabajos no cambien en exceso la tonalidad de la piedra. "Espero que el color no se modifique. El cambio se va a notar más en los bajos que en la parte alta. Lo que sí puedo asegurar es que no será un cambio radical tipo Notre-Dame".

El proyecto arquitectónico, que incluye también la apertura de cinco nuevos vitrales, no contempla, sin embargo, la sustitución de gárgolas, aunque todas las que dan a la fachada Norte serán revisadas completamente. "Si sufren problemas estructurales se solucionarán, del mismo modo que también revisaremos las canalizaciones de agua de los arbotantes", asegura Taltavull. "Cuando Miquel Barceló inició su intervención en la Seu, se habló de que pudiera realizar nuevas gárgolas, pero finalmente la idea se abandonó y por ahora no hay intención de encargar nuevas piezas o sustituir las ya existentes", confirma.

El sistema de trabajo dependerá mucho del diagnóstico que se establezca sobre el estado de conservación de3 la piedra. Y éste no se podrá completar hasta que se monten los andamios. "El trabajo incorpora unos nuevos documentos que nos detallan la historia del edificio, pero la sustitución de piezas es algo que no se puede decidir antes de realizar una visita de obras en el andamio. De todas formas intentaremos que sean las mínimas", aclara Taltavull. Del mismo modo en el tratamiento de la piedra se aplicarán tratamientos de menor a mayor agresividad hasta dar con el adecuado. Con la finalización de esta obra en 2009 solo quedará por restaurar la fachada del Mirador de la Seu, donde hasta el momento sólo se ha trabajado en el portal.