Diario de Mallorca

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Minuto 91

Un cúmulo de despropósitos

Sergi Barjuan, un debut decepcionante. Guillem Bosch

Habrá que empezar a mentalizarse de que el Mallorca jugará la próxima temporada en Segunda B. Suena hasta raro escribirlo después de más de tres décadas moviéndose el club entre las dos principales categorías del fútbol español. A esta situación se ha llegado por un cúmulo de despropósitos y por la prepotencia de los norteamericanos, que han aterrizado en el fútbol europeo desconociendo las consecuencias de una pésima gestión. Parecía imposible hacerlo peor que la temporada pasada, a la que hay que responsabilizar en su mitad al grupo de Sarver. "Hemos aprendido de los errores", dijo Molango sobre el mismo césped de Valladolid en la agónica última jornada de la pasada campaña. Palabras huecas, como la mayoría del consejero delegado, que no pone en práctica nada de lo que dice. Confió en Fernando Vázquez para el nuevo proyecto, el primero desde cero de la nueva propiedad, cuando se pedía a gritos un cambio por lo poco que transmitía el gallego. "La solución no es cambiar de entrenador, como se ha hecho siempre en este club". Sergi Barjuan es el tercero en nueve meses de competición, después de apostar por Javier Olaizola porque "creemos en el fútbol de cantera".

No ha dado Molango importancia a los resultados, y ahí está el equipo, el club, al borde de abandonar el fútbol profesional y sin saber si Sarver tomará las de villadiego o seguirá en el proyecto. La preocupación ha llegado a un punto, la indignación entre los aficionados es de tal calibre, que ante la ausencia de Molango, las recriminaciones fueron para el presidente Monti Galmés, que ocupa un cargo meramente institucional, y que aguantó estoicamente en el palco. Eso sí, el suizo hizo acto de presencia después, cuando no había nadie. Demasiado tarde. Ante la falta de respuesta del club, Brandon tuvo que hacer de portavoz y escuchar las quejas de los aficionados, con los que fue a hablar. No es este el papel del futbolista, a quien se le paga para hablar en el campo, lo que hace muy poco últimamente. En cualquier caso, dio la cara el delantero ante la afición y el entrenador Sergi Barjuan ante la prensa para justificar lo injustificable. En la planta noble, mutis.

El debut de Sergi Barjuan fue del todo decepcionante. Se esperaba mucho más de un entrenador que, en su presentación, destacó que no había tiempo para especular y que había que ir a por el rival desde el pitido inicial. Justo lo que se echaba de menos en la etapa Olaizola, fundamentalmente en los desplazamientos. En casa, y ante un rival directo como el Nàstic, se daba por hecho observar un equipo ambicioso en busca de un triunfo vital. Pero el catalán se equivocó en el planteamiento, excesivamente conservador, un 4-1-4-1 que no dio resultado. Brandon fue el primero que alzó la voz tras el partido y lamentó haberse sentido tan solo en punta. Algo que cualquiera pudo ver, menos, por lo que se ve, el entrenador.

Y, mientras el Mallorca no pone freno a su caída, el Atlético Baleares va camino de disputar el play off de ascenso a Segunda. Cada vez suena menos raro pensar en un Mallorca en Segunda B y un Baleares en la división de plata. Inimaginable hace solo un par de meses.

Lo de Joan Mir va en serio. Segunda carrera y segunda victoria del piloto mallorquín en Moto3. El piloto de Leopard demostró que va a por el Mundial de la más pequeña de las cilindradas antes de dar el salto a Moto2 la próxima temporada, pase lo que pase. Mir dio toda una lección de pilotaje y está demostrando que, con una máquina en condiciones, es tan rápido como el que más.

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