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Liga 1|2|3

Los 10 retos de Olaizola

El técnico debe empezar la reconstrucción con el cierre de la defensa, la rehabilitación de jugadores clave, una buena dosis de moral para un grupo decaído y un plan de juego reconocible - Urge solucionar un decálogo de problemas heredados para enderezar el rumbo

Javier Olaizola, pensativo durante su primer entrenamiento con el Mallorca el miércoles. tooru shimada

Javier Olaizola se ha puesto al timón de una nave a la deriva. Logrará enderezar el rumbo si encuentra una solución para los diez graves problemas que han acabado liquidando el proyecto de Fernando Vázquez.

1

Terapia psicológica para un grupo desmoralizado

Uno de los grandes desafíos de Olaizola -y el principal argumento esgrimido por la propiedad para justificar su contratación- consistirá en levantar el ánimo de un grupo que está con la moral por los suelos. Es el fuerte del técnico vasco, que se estrenó en el cargo con una sesión salpicada de mensajes para tratar de rehabilitar la moral de los futbolistas. El nuevo preparador no tendrá demasiado tiempo para inculcar su filosofía de juego antes de la visita al Almería el próximo domingo, pero en ese partido ya debería verse a un equipo más alegre y confiado.

2

'Democratizar' los goles

O lo que es lo mismo: eliminar la excesiva dependencia que el Mallorca tiene de Brandon. El canterano, autor de ocho tantos en diecisiete jornadas, se ha destacado como una de las revelaciones de la categoría, pero también ha evidenciado que es el único bermellón con el olfato goleador afinado en este primer tramo de la temporada. La mayoría de los puntos que contabiliza el equipo son fruto de la inspiración del mallorquín, santo y seña de un Mallorca en el que no hay más referentes. El fútbol es un juego colectivo, más aún en una Segunda División en la que es muy difícil mantenerse a flote a base de individualidades. Olaizola tendrá que reinventar el ataque para que vuelva a ser cosa de muchos jugadores y no de uno solo.

3

Cerrar las grietas que han aparecido en la defensa

El Mallorca sufre un rebrote de un problema que parecía solucionado esta temporada. Los dieciocho goles que lleva encajados afean una estadística que era muy buena a principios de temporada. Seis de esos tantos los ha recibido en las últimas tres jornadas. Yuste, Raíllo y Ansotegi son tres centrales muy solventes para la categoría, pero el equipo lleva tiempo pagando un precio muy alto por despistes defensivos aislados pero letales. El Mallorca también está sufriendo por los laterales, y faltan ayudas defensivas por parte de los futbolistas del centro del campo. El técnico vasco tendrá que detectar dónde se originan las grietas y tratar de sellarlas.

4

Devolver a los futbolistas el gen competitivo

Varios futbolistas reconocieron después del descalabro sufrido contra el Valladolid que el equipo había perdido nivel competitivo. También fue durante aquel partido cuando por primera vez se vio a los jugadores sacar bandera blanca antes de tiempo. Eso no había sucedido este curso, independientemente de que los resultados no acompañaran. No será fácil para Javier Olaizola volver a inculcar en los futbolistas esa capacidad para competir que antes tenían y que por ejemplo les valió para igualar un 0-2 ante el Sevilla Atlético o rescatar un punto en el feudo de un Nàstic que se adelantó por dos veces en el marcador y jugó mejor.

5

Redifinir el objetivo: vuelve la 'doctrina Simeone'

Vázquez se cargó de presión situando el objetivo de la temporada nada menos que en el ascenso directo, sin importarle que ni los resultados ni el juego del equipo estuvieran a la altura de semejante hito. Maheta Molango torcía el gesto cada vez que el gallego hablaba de subir a Primera División, pero ahora tiene a un entrenador que como él es partidario de la 'doctrina Simeone': ir partido a partido. Olaizola ya anunció en su presentación que solo piensa en la visita a Almería. Y después, en el desplazamiento a Soria. Las ensoñaciones de Vázquez han dado paso al pragmatismo del vasco.

6

Dar más protagonismo a la cantera y a los jóvenes

El gallego vivió siempre de espaldas a la cantera. Acuciado desde la primera jornada por los malos resultados, optó por dar toda la responsabilidad a futbolistas maduros y experimentados. Este curso no ha dado la alternativa a ningún canterano, y ha relegado al ostracismo a Dalmau, Alberto López y Pleguezuelo, tres apuestas por la juventud que hizo Javi Recio el pasado verano. Olaizola llega al banquillo bermellón con un conocimiento muy profundo sobre las posibilidades que ofrece la cantera de Son Bibiloni, por lo que presumiblemente el salto entre el filial y el primer equipo se reducirá. También se abre una segunda oportunidad para los meritorios a los que Vázquez apenas ha dado bola.

7

Recuperar a futbolistas estratégicos

El técnico de Castrofeito dio galones a futbolistas cuyo rendimiento ha ido cayendo en picado con el paso de las semanas. Los casos más llamativos son los de Óscar Díaz y Juan Culio, dos jugadores sobradamente capacitados para marcar diferencias en la categoría y que sin embargo han acabado siendo irrelevantes. El madrileño lleva semanas sin vestirse de corto; el argentino conservó siempre su sitio en el once, pero su declive ha sido imparable desde hace muchas jornadas. Olaizola sabe de la importancia estratégica que tienen estos jugadores en el equipo y en la categoría, y afronta el reto de recuperarlos para la causa.

8

Apostar por una idea de juego

Vázquez echó mano de todos sus conocimientos para tratar de fijar el rumbo del Malloca en la competición, pero el resultado fue un 'pupurrí' de sistemas y alineaciones que confundieron a propios y extraños. Es difícil decir a qué jugaba el equipo del gallego, que en su despedida reconoció que tenía "más cosas por probar". Olaizola asume el desafío de dar al equipo un guión inteligible que admita pequeñas variaciones pero no cambios de calado todas las semanas.

9

Ambición lejos de Son Moix

El Mallorca más renqueante de la temporada se ha visto siempre lejos de Son Moix, donde se ha comportado como un grupo miedoso, encogido y completamente desprovisto de ambición. Con la única excepción de la visita a Cádiz, el equipo de Vázquez ha fiado toda su suerte al contragolpe o al error del rival, regalando el dominio y la posesión. A Olaizola le toca sacar al equipo de la trinchera en los desplazamientos y convencer a los futbolistas de que en Segunda División la victoria fuera de casa vale el doble.

10

Pacificar y animar a la afición

Los mensajes de un Vázquez casi siempre mustio no calaron nunca entre el mallorquinismo, que este curso reclamó su despido en más de una ocasión. La última, coincidiendo con la visita del Valladolid, significó su sentencia. Olaizola tiene muy buena prensa entre el mallorquinismo por su dilatada y exitosa trayectoria como futbolista bermellón, y un carácter fuerte que siempre es bien recibido por la grada. Pero necesitará victorias para no dilapidar ese apoyo mayoritario del que ahora disfruta.

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