El Real Mallorca 2015/16 traspasa varias fronteras. Es el proyecto deportivo más internacional de los últimos años y lleva el sello personal de un Utz Claassen que desde hace tiempo cree en un club abierto al exterior.
Diez nacionalidades componen un vestuario muy diverso, un hecho atípico en una categoría que apuesta principalmente por españoles y en un Mallorca que últimamente no se había prodigado demasiado en incorporar a extranjeros.
A día de hoy quince de los futbolistas que trabajan a las órdenes de Albert Ferrer son españoles. El resto, contando con jugadores del primer equipo y del filial que pelean por dar el salto, se reparten entre nueve nacionalidades: tres brasileños, dos alemanes, un paraguayo, un argentino, un portugués, un ghanés, un nigeriano, un israelí y un francés.
El dibujo puede cambiar de aquí al 31 de agosto, fecha tope para realizar fichajes. Claassen considera que ‘pescar’ jugadores en el mercado internacional no entraña un excesivo riesgo y contribuye a situar al Mallorca en el mapa.
Ocho de los doce refuerzos firmados hasta la fecha son extranjeros. Dos de ellos -Acuña y Moutinho- ya habían jugado en la categoría anteriormente. Y cuatro extranjeros pertenecían a la disciplina bermellona la pasada temporada: el ghanés Kasim, el nigeriano Cedric, el israelí Assulin y el francés Pereira.
Este crisol de nacionalidades revela una planificación deportiva muy diferente a la realizada la pasada temporada, cuando la totalidad de los fichajes que firmó Miquel Àngel Nadal eran españoles. Hubo un giro brusco cuando Dudu Aouate se hizo cargo de la secretaría técnica y concretó cinco incorporaciones extranjeras: Coeff, Assulin, Gulan, Markovic y Scepovic. Hoy están todos fuera del Mallorca salvo el israelí, que probablemente acabará abandonando la entidad balear este mes de agosto.
La puerta sigue abierta tanto para entradas como para salidas, lo que significa que el vestuario puede nutrirse con más nacionalidades. Claassen y Nadal tienen un ojo puesto en el Reino Unido, país en el que habían jugado dos futbolistas que llegaron a prueba y acabaron siendo descartados: el francés de origen maliense Jimmy Kébé y el británico Aaron Kuhl. Lo que hace probable que, con los contactos de Iván Campo, pueda formalizarse una nueva incorporación allí.
Encajar las piezas de un grupo tan diverso supone un desafío para Ferrer, al que le quedan dos semanas para engrasar la maquinaria antes del debut en el feudo del Alcorcón. En cuanto a los futbolistas, su adaptación plena a la Segunda División no llegará hasta bien entrada la Liga. Hay algunos como Aveldaño que están sorprendiendo por su rápida adaptación al grupo. En cambio otros como Luis Carioca necesitan más tiempo.
Esta apuesta internacional afrontará el test más serio de la pretemporada el próximo martes en el trofeu Ciutat de Palma. Un Levante de Primera División calibrará el potencial de una plantilla que se ha puesto el listón muy alto y que espera celebrar su Centenario con el regreso a la máxima categoría tres años después del descenso.
