­La primera oportunidad que dispondrá el Mallorca para que las matemáticas certifiquen que la próxima campaña jugará en Primera División llegará el sábado 21 en el encuentro ante el Zaragoza. La victoria del jueves en Santander y la derrota del conjunto maño, precisamente el que marca el descenso con veintiocho puntos, encarrila por completo el objetivo de los bermellones, pero no es definitivo. Ya lo dice Caparrós, que no quiere ni oír hablar de que han cumplido hasta que su deseo esté garantizado. Ahora la tabla muestra al Mallorca con cuarenta puntos, doce por encima del descenso cuando todavía quedan dieciocho en juego, un balance apabullante, pero que solo deja hablar de salvación virtual.

?La fiesta en San Mamés en el partido de mañana ante el Athletic de Bilbao está descartada, por mucho que se consiga el triunfo, porque incluso si el Zaragoza cayera frente al Granada todavía quedaría una exigua posibilidad de superar a los bermellones, por muy improbable que parezca. En ese caso la ventaja alcanzaría los quince puntos, los mismos que están en juego, pero los de Manolo Jiménez podrían aferrarse a la posibilidad si en el duelo entre ambos vencen por más de un gol de diferencia o por tan solo uno si hubiera un triple empate final. Eso le daría el golaverage a su favor ya que en La Romareda el resultado fue de 0-1. No obstante, el Zaragoza seguiría estando obligado a ganarlo todo y el Mallorca, que debe enfrentarse también a Getafe, Rayo, Levante y Real Madrid, no sumar ninguno.

?En el peor de los casos, si los aragoneses vencen al Granada y el Mallorca cae ante el Athletic, la distancia sería de nueve puntos, por lo que les obligaría a conquistar Son Moix para seguir teniendo posibilidades de desbancar a los bermellones –quedarían a seis puntos a falta de doce en juego–. El Sporting, con veintiocho puntos, también tiene una mínima posibilidad de alcanzar a los baleares, pero parece quimérica. Sin ir más lejos, los de Javier Clemente deben ganar hoy al Real Madrid en el Bernabéu, en plena lucha por la Liga, y después reciben al Rayo. Las posibilidades de un disgusto para el mallorquinismo son remotas, pero siguen existiendo. Con ganar al Zaragoza en el Iberostar será suficiente. Tocará descorchar el cava.