El controvertido anteproyecto de nueva línea de alta tensión (220 kV) entre la subestación de Manacor (Bessons) y la de Artà, con impactantes torres de 42, 47 y 57 metros de altura, se topa con la firme oposición de la Plataforma en Defensa del Llevant y los ayuntamientos de la comarca. De hecho, ayer exhibieron unión y revelaron que un estudio encargado a una empresa catalana (Ingenieros im3) aboga por una línea eléctrica alternativa soterrada, aprovechando caminos públicos municipales y dos carreteras secundarias competencia del Consell, con un coste estimado en alrededor de 52 millones de euros.

Los propios consistorios (que han pagado más de 10.000 euros por el estudio alternativo) y la plataforma reconocen que Red Eléctrica España es el "brazo ejecutor" de la planificación quinquenal del Gobierno central (con la luz verde de la comunidad autónoma). No obstante, confían en la modificación de dicha planificación al tachar de "desproporcionado" el tendido aéreo previsto por su grave afectación al frágil y valioso territorio y paisaje. A su vez dudan de que sea realmente necesaria la potencia a 220 kV y advierten de que la constante progresión de la tecnología podría pronto hacer replantear seriamente la viabilidad de estas infraestructuras faraónicas.

Los ayuntamientos de Manacor, Sant Llorenç, Son Servera y Artà (participantes ayer en la rueda de prensa) tienen cita mañana con el conseller de Territorio, Energía y Movilidad del Govern balear, Marc Pons. El próximo viernes es el último día para presentar alegaciones al anteproyecto de REE, cuya inversión prevista asciende a unos 10 millones de euros. Se espera que un elevado número de ciudadanos y colectivos expresen su rechazo.

En Artà se avisa de que la subestación reflejada en el anteproyecto de REE "pasaría a ser ocho veces más grande; una macrosubestación". Por ello se insta a la movilización social, animando incluso a convocar ya protestas.