El alcalde de Pollença, Miquel Àngel March (Junts Avançam), perdió ayer la cuestión de confianza a la que decidió someterse como fórmula para aprobar los presupuestos de 2017. Solo los siete miembros del equipo de gobierno (Junts Avançam y UMP) apoyaron la gestión del alcalde, mientras que la oposición en su conjunto optó por votar en contra de la cuestión de confianza.

Tras la votación plenaria, las cuentas recibieron automáticamente el vistobueno de forma inicial, aunque el alcalde y su equipo de gobierno pasarán a gestionar la corporación en funciones durante un mes, plazo de tiempo que tiene la oposición para presentar una moción de censura que, debido a la correlación de fuerzas políticas en el pleno de Pollença, ya ha quedado descartada. Y es que precisaría de la entente entre Tots per Pollença y Alternativa, situadas en las antípodas ideológicas. La ley antitransfuguismo invalida el voto del edil no adscrito Martí Roca (ex de El Pi), un factor clave que juega a favor del equipo de gobierno.

Si, como se espera, en 30 días la oposición no es capaz de acordar una moción de censura, el equipo de gobierno recuperará las funciones plenas y los presupuestos de este año quedarán aprobados de forma definitiva sin exposición pública.

El debate plenario evidenció el nivel de crispación política que se ha instalado en la corporación, con intervenciones muy duras contra el alcalde, al que el PP reclamó la dimisión.

March reconoció que la cuestión de confianza "no es la manera" que gusta al equipo de gobierno para aprobar las cuentas porque lo más probable es que queden aprobadas sin posibilidad de que se sometan a alegaciones. "No hemos sido capaces de sumar los votos necesarios, pero la oposición tampoco ha presentado ninguna propuesta", apuntó el regidor, que solicitó el voto a favor para que los presupuestos pasen por la fase de exposición pública.Intervención de la oposición

El edil no adscrito Martí Roca afirmó que el de ayer era un "día histórico" para Pollença porque "un gobierno que ha predicado el consenso quiere aprobar los presupuestos con una cuestión de confianza, esto es hipocresía política".

El portavoz del PP, David Alonso, fue más allá y pidió directamente la dimisión del alcalde March por la "parálisis" que afecta a la gestión municipal. "El inmovilismo es el 'modus operandi' de esta legislatura", denunció. Por su parte, Marina Llobera, de Alternativa per Pollença, calificó el pleno de ayer de "paripé para aprobar los presupuestos por la vía expeditiva" y recordó que había otras maneras de aprobar las cuentas municipales. "Han enfadado al partido de izquierdas que podría apoyarles y han cohesionado a la derecha, que estaba dividida", reprochó al equipo de gobierno.

Tomeu Cifre, de Tots, se refirió a la "soledad" que afecta al equipo de gobierno y añadió que "el planteamiento de la cuestión de confianza no es sincero porque solo quieren aprobar los presupuestos por la vía rápida".

El regidor Miquel Àngel Sureda defendió la gestión del pacto y enumeró una serie de proyectos que se han llevado a cabo durante estos dos años de mandato.