Por la mañana fue el turno de la gente y de los profesionales a pie de vocación. Una jornada de puertas abiertas para celebrar el veinte aniversario del hospital comarcal, que llenó el vestíbulo de fotos de recuerdo, colectivos y entidades sin ánimo de lucro, un concierto y el descubrimiento de una escultura de Miquel Brunet, alusiva a una mujer protectora, alegoría del cariño que tanto doctores como usuarios han sentido durante dos décadas por el hospital de Manacor.

"Hace veinte años una jornada de puertas abiertas que se convirtió en multitudinaria, sirvió para inaugurar el hospital. Los manacorins vinieron en masa y todo el mundo pudo ver los quirófanos, las habitaciones y las dependencias que, veinte años después, amamos igual", argumentaba ayer el alcalde de Manacor, Pedro Rosselló; "Aunque sabemos que la comarca merece y necesita más lugar y una mejor infraestructura hospitalaria".

El alcalde se acordó, como no podía ser de otra forma, de la multitudinaria marcha vivida diez años antes, en 1987, cuando 10.000 personas procedentes de Manacor y de otros pueblos de la comarca, reclamaron ante la Delegación de Gobierno en Palma, un centro hospitalario más próximo a la Part Forana.

"Por suerte la fuerza de la sociedad civil se hizo valer y cambió la historia. Los gritos de "Queremos un hospital" en la histórica manifestación de 1987 se transformaron, tras más de diez años de paciencia, en titulares de periódicos y revistas que anunciaban que teníamos hospital".

Desde entonces ha llovido mucho, pero lo que sigue constante es el convencimiento de que el hospital "es el fruto de una suma grande de voluntades, de esfuerzos y de luchas en que han participado entidades, asociaciones, representantes públicos, pero sobre todo gente normal, de ciudadanos que sabían que los familiares o los amigos podían morir en la ambulancia camino hacia Son Dureta", decía ayer Rosselló.