Con esta demanda judicial Artà se convierte en el primer municipio de Balears que se atreve a discutirle a la Iglesia la titularidad de alguno de sus bienes. Si la sentencia finalmente es favorable al consistorio, y en vista de la falta de casos similares incluso en el resto de territorio estatal, el caso ´artanenc´ podría sentar jurisprudencia y ser visto como un ejemplo. "Lo hacemos porque es nuestro deber como propietarios del recinto y las murallas que somos, solo defendemos lo que ya es nuestro", insistía ayer el alcalde Tolo Gili (El Pi), quien lamenta el poco diálogo que ha mostrado la parroquia local durante toda esta problemática. Precisamente el Parlament va a tratar en breve esta cuestión para aclarar los criterios en inmatriculaciones.