El exalcalde de Artà que ha declarado hoy como testigo en el juicio por presunta malversación a la funcionaria que cobraba las sanciones urbanísticas juicio por presunta malversación a la funcionaria que cobraba las sanciones urbanísticasha asegurado que nadie supervisaba el trabajo de esta empleada y otra trabajadora ha indicado que no había control sobre esos pagos en metálico.

Otros dos concejales que también han comparecido hoy como testigos han dicho no supieron que las sanciones por infracciones urbanísticas se cobraban en efectivo hasta que se echó en falta dinero porque se descubrió a finales de 2011 que había varios pagos por este concepto que no figuraban como ingresados en ninguna cuenta bancaria del Ayuntamiento.

Diez testigos han prestado hoy declaración ante el jurado que juzga a la funcionaria que niega haberse quedado ninguna cantidad, para quien la Fiscalía pide 6 años de prisión por presunta malversación y a la que el Ayuntamiento de Artà reclama unos 33.000 euros.

El entonces tesorero del consistorio, hoy ya jubilado, ha relatado que cuando empezó la investigación por estos hechos, a medida que él iba introduciendo en el ordenador los datos sobre el dinero que faltaba, aparecían sobres con esas cuantías en el ayuntamiento, cuya procedencia no se ha podido averiguar.

El exfuncionario, que llegó a sospechar que podía existir algún "pinchazo" en el sistema informático, ha detallado que cuando cambió de sistema dejaron que aparecer sobres.