El pasado mes de noviembre el ayuntamiento de Porreres aprobó con los votos favorables de El Pi, Més y PSOE y la abstención del PP, la implantación de la bossa vermella para recoger la fracción de los residuos no reciclables que se generan en cada una de las viviendas de la población. La experiencia se puso en marcha la primera semana de febrero de este 2016 y ya des de el primer mes se pudo comprobar la disminución del rechazo. Cuatro meses después de su implantación, desde el área de Medio Ambiente su responsable Coloma Bover, se muestra muy satisfecha de la evolución.

Recordemos que se repartieron 20 bolsas gratuitamente a cada vivienda, que según los estudios realizados eran suficientes para todo el año y se aplicará un 15% de descuento en el pago del coste recogida. También se han puesto a la venta bolsas adicionales a 0,80 euros, que según explicó la alcaldesa, Francisca Mora, es el coste que tiene el proceso de eliminación en Son Reus de su contenido.

Los últimos datos ofrecidos por el Ayuntamiento muestran como en el 2016 la recogida selectiva es el 78,4% frente al 21, 6% de rechazo, cuando el año anterior los números eran 60,9% y 39,1%. Este cambio, en su implantación creó ciertas discrepancias. Durante el tiempo que lleva funcionando se ha pasado de 2,1 kilos semanales de rechazo por habitante el 2015 a 0,8 kilos en el 2016. Se han producido 412 incidencias que han sido tratadas ofreciendo información a los residentes de las viviendas donde se habían detectado irregularidades.

Asimismo desde el ayuntamiento de Porreres se han detectado algunos basureros ilegales y a su vez también se tienen noticias que algunas bolsas de basura terminan en contenedores de pueblos vecinos con su consecuente perjuicio para los ayuntamientos vecinos. Francisca Mora, ya ha solicitado colaboración y responsabilidad.