La ciudad de Inca cuenta con unas 28 colonias estables de gatos asilvestrados en el interior del casco urbano, según los estudios efectuados los la entidad ecologista Tall d'Orella . Para controlar sanitaria y demográficamente esas colonias y otras que puedan surgir, el Ayuntamiento y dicha entidad han llegado a un acuerdo de colaboración mutua.

El Ayuntamiento prestará apoyo en la medida de sus posibilidades y la entidad llevará a cabo las capturas de animales para proceder a su evaluación, control y suelta si están sanos. Mar Agüera, dirigente de la entidad explica que "entre los gatos se dan dos enfermedades graves como son la leucemia y el sida gatuno. Los animales infectados deben ser apartados para no contagiar al resto y en los casos más graves se ha de llegar a la eutanasia".

La entidad esteriliza a los gastos de dichas colonias por dos razones fundamentales. La primera de ella es que los gatos reproductores provocan grandes molestias por ruido durante el celo, algo que no se da en los animales esterilizados. Àngel Garcia, concejal responsable del área de Medio Ambiente destaca que "una de las quejas mayoritarias de los ciudadanos es precisamente por el ruido de los gatos en época de celo". La segunda razón es la sobrepoblación, algo que ya se está dando, según los datos de la entidad proteccionista.

Una parte positiva de mantener las colonias de gatos estriba en que mantienen a raya la proliferación de roedores. Garcia explica que "a partir de este acuerdo de colaboración se podrán ir haciendo estudios sobre estas particularidades". Sobre algo que se advierte muy seriamente es que no se debe alimentar a los gatos con sobras y que hay personas voluntarias encargadas de hacerlo con pienso.