Una gran grúa y un soplete fueron las herramientas que ayer los operarios de Sóller Recicla utilizaron para iniciar el desmontaje del gran tobogán acuático que estaba abandonado desde mediados de la década de los años ochenta en plena primera línea del Port de Sóller.

Con el derribo de esta estructura se pone fin al último punto negro que quedaba por eliminar del Port. El anterior fue el ruinoso hotel Rocamar que fue demolido el año pasado. La iniciativa para poner fin a esta situación fue promovida por la patronal hotelera de Sóller, que a principios de 2015 remitió al ayuntamiento un listado de peticiones para que el ayuntamiento abordara con el fin de mejorar la imagen turística del municipio. Una de las demandas era la retirada de la estructura. A partir de ese momento, el anterior consistorio y el actual iniciaron los contactos con los propietarios del solar para solicitarles el desmontaje del tobogán, algo que finalmente ayer se puso en marcha con el derribo de una parte de su estructura.