El ayuntamiento de Sóller ha puesto "precio" a la cabeza del símbolo preconstitucional que el lunes fue retirado del monumento a los Caídos. El hecho tiene su curiosidad porque parte de los escombros del águila franquista han desaparecido, entre ellos su cabeza.

El alcalde de Sóller, Jaume Servera, afirmó ayer que considera que la cabeza del águila de San Juan, que culminaba el escudo franquista del monumento, debería pasar a formar parte del patrimonio municipal y que se debería conservar por lo que, incluso, no descarta recurrir a la Policía para denunciar su supuesta sustracción o desaparición.

Lo aseguró tras circular por las redes sociales que el trozo de piedra está en manos del ex alcalde del PP Carlos Simarro, hecho que el propio concejal confirmó. El exalcalde aseguró que conservará el trozo, "como un escombro que es, como recuerdo al igual que otros muchos ciudadanos pudieron hacer".

Carlos Simarro afirmó: "Todo el que quiso se pudo llevar trozos y yo particularmente lo pedí para tener un pedazo de recuerdo, y me lo dieron". Simarro, que aseguró no entender la polémica, dijo que "no se explica que Jaume Servera quiera conservar ahora algo que él y su grupo consideran que no tiene un valor patrimonial, no está catalogado y que expresamente han ordenado que se destrozase con máquina radial y maza para retirarlo".

Simarro aseguró: "Yo me llevé un trozo de algo que yo y mi grupo defendimos que no se retirara". "Es un pedazo de piedra, un escombro", concluyó el ex primer edil, que añadió que "lo conservaré gustosamente, porque si Servera quería que se conservara lo primero que debería haber hecho era no destrozarlo".

Continúan los trabajos

Mientras tanto, los trabajos han continuado. Los operarios han iniciado las labores de borrado de la inscripción que se realiza afilando la piedra. Los trabajos se iniciaron anteayer. El objetivo es modificar el monumento a los Caídos, situado en la plaza de España, con el fin de adaptarlo a lo que acordó el pleno municipal no sin polémica tanto en la sala de plenos como en la calle. De acuerdo con lo acordado, el ayuntamiento adapta el monumento a la Ley de Memoria Histórica. Por ello se suprime el escudo franquista, la inscripción relativa a los 'Caídos por Dios y por la Patria', así como la cruz que culmina el conjunto escultórico.

Precisamente, la retirada de la cruz de piedra fue lo que más debate político y ciudadano desencadenó cuando la propuesta fue sometida a votación plenaria.