El parque ambiental de la Gola, ubicado en la primera línea del Port de Pollença, es un pequeño tesoro natural que en los últimos años ha padecido el desinterés y el abandono institucional, lo que se ha traducido en un proceso de degradación al que el Ayuntamiento quiere poner freno a partir de ahora.

En el año 2004 se creó el Consorci de la Gola, integrado por el Govern y el Ayuntamiento, con el objetivo de adquirir los terrenos que integraban el humedal para proteger el espacio y habilitar un parque periurbano abierto a las visitas y al turismo ornitológico. El centro de recepción abrió sus puertas en 2010, pero al cabo de seis meses cerró. Durante la anterior legislatura, el parque estuvo cerrado al público la mayor parte del tiempo y fue víctima de acciones vandálicas e incluso de botellón juvenil.

Hace unos meses se firmó un convenio entre Pollença y Govern con el objetivo de dinamizar el parque y establecer las condiciones de una gestión conjunta, aunque no llegó a aplicarse. Deberá ser el nuevo equipo de gobierno el que ponga en práctica el acuerdo.