Los botellódromos que se proyectan en ciudades de la península como Granada -concebidos como un espacio al aire libre consagrado al ocio juvenil, con conciertos y la posibilidad de tomar copas- son una de las actuaciones municipales con las que está más en desacuerdo la plataforma Familias en Red y Activas (FERYA), conjuntamente con la Confederació de Famílies d'Alumnes d'Escoles Catòliques y la Federació d'Associacions de Pares i Mares de Mallorca.
Entienden que, desde las administraciones, no deberían promocionarse este tipo de instalaciones, ya que suponen un incentivo a un modelo de ocio vinculado al consumo de alcohol. En una campaña que ha emprendido el ministerio de Sanidad, se aportan datos como que uno de cada tres adolescentes se emborracha al menos una vez al mes. No sólo eso. La mayoría de jóvenes empieza a consumir a una edad media de 13 años y medio. Y prácticamente dos de cada diez beben todos los fines de semana.
Campaña de concienciación
En Mallorca, los padres llevan tiempo trabajando para concienciar a la sociedad de la realidad que esto supone. Así lo hace la Federación de asociaciones de padres (FAPA), con la ayuda del Instituto Europeo de Estudios en Prevención (Irefrea), que tiene base en Palma e imparte charlas y talleres por todo España.