Un grupo de once estudiantes de Arqueología de la Universidad de Washington, están realizando un curso práctico de verano en Son Servera. Se trata de un proyecto en el que trabajan conjuntamente con los arqueólogos locales Antoni Puig, Jordi Hernández, Margalida Munar y Bernat Burgalla, estos dos últimos restauradores, en las excavaciones de la zona conocida como el Talaiot de Mestre Ramon.

Los alumnos y estudiantes de doctorado de la universidad americana con sede en Seattle, están dirigidos por el profesor mallorquín residente en EE UU, Marc Llobera. Los equipos trabajan en dos frentes: por un lado unos siguen con las excavaciones en la zona del talaiot, mientras que otro trabaja realizando prospecciones para realizar trabajos de catalogación prehistórica en el municipio de Son Servera. Se trata de un proyecto a medio plazo, que esta previsto que tenga como mínimo una continuidad de cuatro años.

La idea surgió cuando el año pasado el profesor Llobera visitó las excavaciones de Mestre Ramon, y se percató que el municipio de Son Servera reúne la características geográficas idóneas para desarrollar su proyecto de estudio de un territorio más amplio. Así con la ayuda de la concejalía de Patrimonio municipal y de algunos vecinos, el equipo de la Universidad de Washington, ya está realizando prospecciones en gran variedad de lugares.

Catalogación de muestras

Las muestras halladas son recogidas en bolsas, documentadas en el ordenador junto con fotos, coordenadas, etc. Esto permite conocer con posterioridad si hay, por ejemplo, una distribución de cerámica en lugares donde en principio se creía que no existía nada. Estos trabajos, poco comunes y muy poco realizados en Mallorca, permitirían saber si hay otras zonas a parte de las ya conocidas y catalogadas que presenten indicios de la Prehistoria.

Por otro lado también se trabaja en las excavaciones de la muralla de Mestre Ramon, donde se localiza la única entrada hallada del recinto con vistas al mar, y que según explica Jordi Hernández: "Se trata de un portal estrecho con una disposición en diagonal a la muralla, lo que hacía más difícil para los atacantes acceder al poblado. El equipo tiene su residencia y puesto de trabajo en el antiguo convento de las Franciscanas de Son Servera, trabajan por las tardes en la limpieza, catalogación y evaluación de los restos que van encontrando.