El Govern cedió ayer el viejo edificio de sa Farinera al Ayuntamiento de Llubí para que se adecúe como sede de la nueva escuela infantil municipal para niños de 0 a 3 años. El presidente del Govern, José Ramón Bauzá, firmó la escritura mediante la cual se formaliza la cesión gratuita y definitiva del Gobierno a favor del Ayuntamiento de Llubí del local.

Sa Farinera se encuentra situada en el casco antiguo de la localidad, junto al molino den Suau. Es un inmueble de casi 340 metros cuadrados situado en el número 18 de la calle de la Creu y valorado en unos 180.000 euros. Fue adquirido el año 2006 por el Ejecutivo autonómico.

El local ya fue cedido al Ayuntamiento a finales de aquel año para usos culturales, si bien de manera temporal.

En esta ocasión, la cesión es definitiva y tiene como condición que se construya una escoleta y que se destine a este uso durante 30 años.

Una vez formalizada la cesión, la idea del Ayuntamiento es construir una nueva escoleta de educación infantil de 0 a 3 años, con una treintena de plazas.

Esta escoleta sustituirá la que actualmente se ubica en el antiguo convento de las hermanas franciscanas de Llubí y que se tendrá que trasladar después de que las monjas hayan decidido alquilar el inmueble religioso.

La cesión de sa Farinera forma parte de la voluntad del Gobierno de apoyar a los municipios mediante la donación de aquellos locales propiedad de la CAIB que están cedidos a los municipios de manera temporal, con objeto de facilitarles la tarea de prestar servicios públicos esenciales y de racionalizar la gestión de los edificios públicos, priorizando la proximidad.

La adecuación del edificio a escuela infantil supone una inversión, inicialmente estimada en 300.000 euros. El alcalde, Joan Ramis, precisa que esa cantidad "es realmente inasumible para las arcas municipales". Por ello también ha negociado con el Govern la posibilidad de que éste aporte una ayuda mediante un período de 10 años a razón de 35.000 euros anuales.

Compra

El molino den Suau y sa Farinera fueron adquiridos por el Govern del Pacte de Progrés que instaló en el lugar una oficina turística. Dicha oficina tuvo que cerrarse por falta de actividad al encontrarse Llubí fuera de cualquier circuito turístico. Sólo el molino ha tenido cierta actividad como sala de exposiciones y sede del museo de la miel.