La conselleria de Comercio ha denegado una ayuda de 8.000 euros a un autónomo discapacitado por entregar los papeles diez horas antes de que se abriera al plazo. Lo más curioso es que fueron funcionarios del propio Govern quienes le tramitaron y aceptaron la documentación "y no me informaron en ningún momento del error. Siento que me han robado ese dinero que yo necesitaba para empezar y contratar al menos a otro trabajador".

Martí Martí Moyà trabajó hasta el pasado 28 de septiembre en Panrico, pero el expediente de regulación de la empresa catalana que afectó al 50% de la plantilla le dejó en el paro. Como su ruta de reparto se centraba en la zona de Manacor, y consultando previamente con clientes, decidió emprender un nuevo negocio de autolavado en la ronda de Felanitx, al este de la ciudad. "No sabía si abrir un 24 horas o esto, y al final vi que un autolavado no necesitaba de mucha inversión y podía ir remontando, ahora no sé como saldrá, estoy realmente enfadado con los funcionarios", dice Martí, que sin embargo descarta emprender acciones legales.

"No se crea que es fácil saber a qué ayudas puedes optar", explica, "me tuve que informar y buscarme yo mismo la vida. Vi que había unas ayudas de pago único a jóvenes emprendedores y decidí rellenar los papeles". Su discapacidad del 35% por sordera le hacía optar a una ayuda de 8.000 euros de una partida total de 662.000. Se presentaron más de un centenar de autónomos "que debían optar a ellas por orden de solicitud".

Como el periodo acababa el pasado 8 de noviembre, Martí se afanó en llevar los papeles hasta Inca para que los tramitaran. Lo hizo a las dos menos cinco de la tarde del jueves día siete. "La funcionaria que me atendió me hizo el favor de validarlos, pero ¡menudo favor!, pensé que los guardaría para poder ser el primero a la mañana siguiente, pero no me dijo nada ni me informó que no pudiera ser".

Ahora la Conselleria culpa al autónomo de no leerse las bases de la convocatoria de ayudas antes de presentar sus papeles: "pagamos 2.000 euros al mes a los funcionarios para que nos informen y nos faciliten como es debido las cosas, no para esto".

Martí Martí ya tenía en mente cómo iba a ser su Autolavado Sa Ronda: "Pensaba contratar a un trabajador procedente de ASPAS (Asociación de Padres de Personas con Discapacidad Auditiva) para que me echara una mano y hacer crecer el negocio", comenta descontento frente al portal de su oficina.

También fallaron el epígrafe

Por si fuera poco, su ´mala suerte´ ya empezó cuando preparaba el papeleo. "También se equivocaron en el epígrafe y en lugar de referenciar la empresa como de autolavado, lo hicieron con un número equivocado, para la guardia y custodia de vehículos", lo que le obligó a renovar sus papeles "con un coste de 240 euros más".

Martí es la cara de la frustración de muchos autónomos que sueñan con abrir nuevos comercios y tratar de encauzar sus vidas laborales. De hecho, y para rematar su desgracia, solo ha cobrado 5.000 de los 12.000 euros de paro a los que tenía derecho para invertir en la maquinaria de su autolavado. "El plazo es tan limitado que solo tuve tiempo de reunir facturas por esa cantidad, el resto supongo que lo iré cobrando de forma fraccionada". Sin embargo el exrepartidor no se queja de como le van de momento las cosas para un negocio abierto hace solo algunas semanas: "voy cubriendo gastos, creo que tras las fiestas navideñas la gente me conocerá más y tendré más clientes".