Durante estas fiestas de Navidad la Parròquia de Nostra Senyora de la Consolació de Porreres volverá a lucir su distintivo rosetón. A lo largo de estos dos últimos meses se han estado realizando las obras de recolocación de los vitrales que habían sufrido graves desperfectos durante una fuerte tormenta de agua y viento ocurrida hace ahora cinco años.

Las obras, que han tenido un presupuesto de 48.000 euros, han estado supervisadas por el aparejador diocesano Bartomeu Bennàssar y han consistido en el cambio del viejo anclaje, la restauración de la antigua emplomada, la reparación de una grieta en la zona baja del rosetón y la colocación de un cristal protector. Esta última intervención está incluida en la obra del cambio de tejado del templo parroquial que se realizó durante el año pasado.

Pero las tormentas no son el único enemigo de la parroquia porrerenca. Paralelamente el picudo rojo no deja de cebarse con las palmeras que están plantadas en la zona del Lloc Sagrat desde hace unos 70 años. En poco más de un año y a pesar de las intervenciones que han realizado los jardineros, ya son cinco de los diez fassers del emblemático lugar los que están afectados por la plaga que está exterminando las palmeras de Mallorca. En Porreres el tema toma especial relevancia ya que el fasser forma parte del paisaje e incluso del escudo municipal.

Los responsables de la empresa de jardinería encargada de realizar las intervenciones contra el picudo rojo han confirmado que están extremando las intervenciones para poder preservar la fisonomía de tan emblemático lugar.