­Los empresarios del polígono industrial de Manacor quieren poner punto y final a una década de intentos frustrados y desaveniencias con el Ayuntamiento. Para conseguirlo han contratado al estudio de arquitectura Marès de Inca en un intento de equipararse con polígonos como el de Son Castelló de Palma, y permitir la entrada también de empresas de servicios como hipermercados, gimnasios, bodegas o restaurantes. El estudio dirigido por Jaume Luis Salas está elaborando un completo estudio urbanístico de la zona y ya ha tenido un primer contacto con técnicos del consistorio, en una aproximación que debe consolidarse en varias reuniones más.

"Se trata de hacer las cosas bien pero de manera efectiva. No queremos sacar las pistolas e ir por las malas contra el Ayuntamiento, pero consideramos que hace años que venimos saliendo perjudicados", explica el presidente de la asociación del metal de Llevant, Domingo Martí, uno de los más activos a la hora de reclamar la ampliación de los usos del polígono industrial. "Hay empresas, como fue las bodegas des Fangar, que tuvieron que marcharse a Felanitx porque el departamento de Urbanismo no les dejó instalarse. Vamos muy retrasados respecto a todos los demás polígonos que han cambiado sus normas para ampliar la oferta", añade.

De hecho en 2005 los mismos empresarios ya pidieron formalmente una ampliación al Ayuntamiento: "aún esperamos una respuesta clara. Ya debería de haberse arreglado, no hay voluntad", concluye Martí, que niega que hayan contratado también los servicios de un abogado, como se había insinuado en un principio.

El Ayuntamiento pide un plan

Los arquitectos de la corporación municipal siguen siendo cuatelosos y reacios a una ampliación de los usos. Recuerdan la importancia que tener suelo industrial disponible (no hay otro polígono de esas características desarrollado en Manacor) y el pronto desarrollo del denominado 1-17-1, situado en la Vía Palma, y exclusivamente pensado para servicios.

Desde el consistorio se piensa que el de Manacor, creado en 1982, es un polígono ya maduro y que en lo que hay que pensar es una reconversión industrial a corto y medio plazo. "Estamos hablando quizás de naves más pequeñas, con oficinas, puestos de venta, almacén y taller. Además no es cierto que en el polígono no puedan instalarse ya, por ejemplo, oficinas bancarias. Se trata, en definitiva, de acordar un plan a 10 o 15 años vista. Hay que ir más allá de las necesidades de negocio inmediatas", recuerda el arquitecto Antoni Planas; "el polígono de Manacor no debe perder su apellido porque tiene un peso importante".

En el polígono de Manacor trabajan actualmente más de un millar de personas, repartidas en 37 empresas de distinta índole. Eso sí, si contamos los edificios de Perlas Majorica ya aglutinan a más de 200 de esos empleados. El 80% de esas empresas son locales. Pese a la crisis y a la fuga de marcas de automoción como BMW, Honda, Alfa Romeo o Lancia, el polígono sigue manteniéndose en un digno 75% de ocupación. Solo hay un bar cafetería que funcione con normalidad diaria, teóricamente, para uso exclusivo de los trabajadores de una de las naves industriales.

"Las naves se vacían y no hay un cambio generacional para muchos sectores. Si no se pueden alquilar para servicios comerciales estamos perdidos. Es un agravio comparativo", añade Martí.

La clave

75% de ocupación

Un 80% de empresas locales

Pese a la crisis y las quejas del sector industrial por reconvertir el espacio y ampliar usos, el polígono ´manacorí´ está ocupado en sus tres cuartas partes.