El alcalde de Inca Rafel Torres hizo evidentes gestos de desprecio hacia los manifestantes antitaurinos que se congregaron el pasado domingo ante la plaza de toros de la ciudad. Torres avanzaba por una de las aceras de la avenida de les Germanies, para acceder al palco del coso, acompañado por el alcalde de Mancor, Joan Toni Ripoll. Cuando se acercaba a la entrada comenzó a ser increpado por parte de algunos

manifestantes que le gritaban: "Rafel, paparra, paga l´entrada" ("Rafael, garrapata", paga la entrada, en castellano). La expresión no fue en absoluto del agrado del alcalde quien visiblemente enojado hizo un gesto de menosprecio, una peineta, dirigido a alguien en concreto de los manifestantes pues, casi al mismo tiempo, dirigió señales hacia el destinatario para confirmarle que era para él o ella. El alcalde de Inca estuvo ilocalizable durante todo el día para este periódico. No así su colega el alcalde de Mancor, que fue testigo de la situación. Joan Toni Ripoll explicó que "no solo le llamaron garrapata sino que se pronunciaron otros insultos como ´corrupto´ y palabras que no venían a cuento". Ripoll agrega que "una cosa es una protesta y la otra es insultar a las personas. De todas formas yo le dije que era mejor no responder porque lo que se estaba buscando era provocar". No obstante, desde algunos sectores de la izquierda inquense se ha criticado la respuesta del alcalde. Gabriel Frontera, dirigente de Més per Inca, dice que estuvo en la protesta con los antitaurinos y que considera que "lo que no puede hacer un alcalde es perder los papeles. Que alguien amparado en una masa anónima le insulte no es motivo para que haga este tipo de gestos que le hacen perder la razón". Lo cierto es que no está bien ni que el alcalde pierda los papeles y menosprecie a nadie ni que nadie llame garrapata o insulte a otra persona por mucho que crea justa su causa.

No son tres ´abdones´ sino cuatro

No me tengo por sabio pero no me duele en prenda rectificar un error. Al consultar el censo me dejé un joven Abdón la semana pasada y dije que sólo tres personas llevaban el nombre del patrón de Inca en la ciudad. Me dejé inadvertidamente al jovencito inquense Abdón Gelabert Sancho de casi seis años.

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