­´Bon dia bella eixirida: a Santa Anna jo et convit, perquè som bon amic, i tu, que ets tan garrida´. Un año más, el pueblecito de Moscari, en el municipio de Selva, oyó pronunciar ayer esta glosa en numerosas ocasiones a lo largo de todo el itinerario que el Fadrí major realiza por las calles para invitar a las solteras a unirse a la comitiva. Es la Festa des Fadrí de Moscari, uno de los actos centrales de las fiestas de Santa Anna que culminaron ayer.

Representado este año por el joven Miquel Ferrer de can Barrera, de 26 años, el soltero de Moscari fue puntual a la cita con las fadrines que, vestidas con el traje típico de la payesía mallorquina, esperaban en los portales de sus casas el paso de la comitiva presidida por los xeremiers y el abanderado. Muchas de las casas se habían adornado con cañas y las vías más representativas de la localidad, como la calle Major, amanecieron esplendorosas después del trabajo realizado por los vecinos para adonarlas con motivos florales. Este año, además, la calle Major era como una especie de museo al aire libre de antiguas herramientas.

La procesión encabezada por el fadrí de Moscari, seguido por las solteras que había recogido a su paso, concluyó en la iglesia parroquial de la localidad, donde se celebró el oficio mayor presidido por Bartomeu Ramis y una ofrenda floral a Santa Anna. El acto contó con la participación de la coral parroquial y los presentes disfrutaron con la interpretación del Ball de l´Oferta a cargo de la Escola de Ball Mallorquí de Moscari. A mediodía se celebró un refresco popular.

La fiesta del Fadrí major fue recuperada en el año 1982 a partir de los recuerdos que la moscarina Margalida Martorell conservaba de su juventud, cuando la tradición todavía no se había perdido. Desde entonces, la localidad elige cada año a su soltero mayor para recrear esta antigua celebración con un protocolo bien definido.