´Felicià Fuster, a l´ombra de les paraules´ recopila toda una serie anécdotas, reflexiones e ideas del que fuera presidente de honor de la compañía Endesa y presidente del consejo asesor de Gesa en Balears, fallecido el pasado año a los 87 años. El libro será presentado el 12 de julio en Santa Margalida.

„¿Cuál era su relación con Feliciano Fuster?

„Mi relación con él empezó cuando yo era un chico que trabajaba en la fábrica de licores que su familia tenía en Santa Margalida. Mi padre ya trabajó 32 años en ella. Entonces yo conocía a Feliciano de forma superficial. Más adelante, cuando él hizo el pregón de fiestas de la Vila fui a visitarle y hablamos. Al año siguiente, lo pronuncié yo y él también vino a verme.

„Y aquí empezó una amistad...

„Cuando su madre murió él quiso escribir un recordatorio y me lo entregó para que le ayudase a traducirlo al catalán. Después recibió un libro de sonetos de Quevedo y volvió a pedirme si podía traducirlos porque él tenía la idea de editarlo y regalarlo a sus amigos. A mí me pareció un trabajo de otro mundo, pero lo hice y salió bien. Todo ello estaba condicionado por la muerte de su madre, a la que quería mucho. Él pensaba que los sonetos de Quevedo expresaban los sentimientos que tenía en aquel momento. Y a partir de aquí, cuando él tenía que hacer una intervención en catalán venía a pedirme ayuda, era como su traductor particular porque él no dominaba la escritura en esta lengua.

„¿Y cómo surgió la idea de escribir el libro basado en las reflexiones de Fuster, de quién fue la iniciativa?

„La idea surgió un día que él vino a Santa Margalida con motivo de la restauración de la iglesia. Entonces pensamos que nos veríamos de vez en cuando para hablar y que él contase cosas con el objetivo, tal vez, de escribir un libro. Él me decía que no tenía que ser una biografía, pero los datos biográficos son imprescindibles. Quería expresar sus opiniones, que quedasen reflejadas. Con los encuentros que hicimos y el conocimiento previo que ya tenía de él y de su familia, me puse a escribir.

„Pero él, que falleció en marzo de 2012, no llegó a ver la obra...

„No, cuando Feliciano murió el trabajo quedó interrumpido y no pudimos celebrar más encuentros, tal y como estaba previsto.

„¿Tenía material suficiente para acometer la obra?

„Con los encuentros que hicimos y el conocimiento previo que ya tenía de él y de su familia, me puse a escribir. Además, yo había recopilado desde hacía tiempo muchos recortes de prensa e intervenciones que él había hecho en diferentes lugares.

„¿Cree que le hubiera gustado la publicación?

„Seguro que habría modificado muchas cosas. Era su estilo. Antes de morir le había enseñado una serie de escritos que podrían ser capítulos del libro y él me hacía correcciones. Era una persona con un gran afán de perfección y nunca quería dar un paso en falso. Recuerdo que cuando debía pronunciar el discurso de investidura como Doctor Honoris Causa en la UIB le dio muchísimas vueltas al escrito. Lo redactó totalmente en castellano y lo traducimos al catalán.

„¿Qué rasgos de la personalidad de Feliciano Fuster destacaría?

„En el libro hago algunas referencias sobre él basadas en todo lo que pude averiguar de su carácter. En mi opinión, y puedo estar equivocado, Feliciano era una persona que tenía la cabeza muy clara porque estaba obligado a tomar decisiones. El día de su muerte, recuerdo una conversación con Miquel Pocoví (exdirector general de Gesa), que explicó que cuando le presentaba un problema a Fuster y éste no tenía ni idea del tema en cuestión, al cabo de diez minutos ya sabía más que él. Era un hombre austero, igual que su abuelo. Es cierto que vivía bien, le gustaba ir en barca y el arte, pero no tiraba nunca el dinero y nunca hacía ostentación ni le daba mucha importancia. En temas de energía, su filosofía era la de ahorrar.

„¿Cree que estaba contento con su propia carrera?

„Tenía muchas dudas sobre muchos aspectos. En una de sus frases que se reproducen en el libro, dijo que "no hay nadie más peligroso que aquel que, con un conocimiento insuficiente, no tiene ninguna duda". Él no estaba seguro de haber acertado con su vida y a veces decía que tendría que haberse quedado en la fábrica de licores de su abuelo. Tenía en la conciencia el hecho de cerrar la fábrica y nunca pasaba por delante de ella en sus visitas a la Vila. También tenía dudas religiosas, aunque era un hombre muy creyente que llegó a realizar algunos proyectos de iluminación de iglesias como la Seu de Palma y los templos de Pollença, Sineu o Santa Margalida. También intervino en la iluminación de la capilla decorada por Miquel Barceló en la Catedral. Él se encargaba personalmente de dirigir los proyectos porque se sentía muy atraído por todo lo artístico. Todas las humanidades le atraían.

„Usted trató con él hasta el final de sus días. ¿Cómo sobrellevó la enfermedad?

„Cuando él supo que lo que tenía era terminal redactó una serie de notas que aparecen publicadas en el libro. Están en castellano y en esta ocasión no me atreví a traducirlas para no tergiversar nada de lo escrito. Su secretario me ayudó a entender su letra, que era ininteligible. En las notas, Fuster hablaba sobre el impacto que le había causado la noticia de su enfermedad y, consciente de que la muerte estaba cerca, manifestaba su preocupación sobre cómo distribuiría su patrimonio. Se enteró de la enfermedad en un hospital del Opus Dei en Pamplona y después fue a misa, donde se dedicó a tomar notas sobre el mal gusto de la decoración de la capilla.

„¿De qué logros empresariales se sentía más satisfecho?

„En general estaba satisfecho de todo lo que había hecho. Hizo cosas importantes, como el diseño de la red de alcantarillado de Palma cuando era director de Emaya. También contribuyó en dotar a Mallorca de una red eléctrica suficiente para el desarrollo turístico que se estaba produciendo. Ya en Endesa, se sentía satisfecho de haber agrupado una serie de compañías eléctricas que antes estaban dispersas y de la salida a bolsa de la empresa. También fue un pionero en la puesta en marcha de sistemas de energías renovables.

„A nivel político, siempre se le había identificado con el PSOE. ¿Era un socialista convencido?

„Era un hombre de izquierdas y es cierto que estuvo cerca del PSOE, partido que le nombró para diferentes cargos.

„¿Pudo haberse dedicado a la política si hubiese querido?

„En tiempos de Franco le ofrecieron ser el alcalde de Palma, pero él rechazó el cargo a pesar de que las personas que se lo propusieron afirmaron que Palma se perdía un buen alcalde. Creo que es cierto, porque Feliciano siempre tiraba adelante todo lo que se proponía, pero no tenía aspiraciones políticas. Le ofrecieron cargos de importancia en Madrid y nunca los quiso. Hay que destacar que él trabajó tanto con gobiernos del PSOE como del PP, porque pensaba que si una cosa tenía que hacerse, era igual hacerla con unos o con otros, aunque es cierto que su pensamiento coincidía más con el PSOE.

„¿Le ofrecieron alguna vez un cargo de ministro?

„Tal vez se lo ofrecieron. Y creo que, cuando estaba en plenitud de facultades, hubiera sido un buen ministro, mejor que muchos que lo han sido o lo son actualmente.

„Era conocida su amistad con cargos relevantes de los gobiernos tanto del PSOE como del PP.

„Sí, era muy amigo de Carlos Solchaga (ministro de Economía con el PSOE) y también entabló amistado con Josep Piqué (ministro en diferentes etapas del gobierno del PP). En cambio, con Felipe González (expresidente socialista del gobierno) no llegaron a tratarse demasiado. Felipe quiso saber el sueldo que cobraban los dirigentes de compañías importantes del país, y cuando le dijeron el sueldo de Fuster, que debía ganar unos dos millones de pesetas al año, Felipe preguntó si éste era el que trabajaba en el edificio de cristales situado junto al mar en Palma (el edificio de Gesa). Al responderle que sí, el presidente dijo que "en vez de cobrar, este hombre debería pagar para poder trabajar allí".

„El ascenso profesional de Fuster coincidió con la última etapa del régimen franquista. ¿Cómo se llevaba con el dictador?

„Evidentemente, él no simpatizaba con Franco ni era partidario del régimen, pero como he dicho antes, si había que hacer un trabajo lo hacía sin reparar en las relaciones políticas. Hay una anécdota relacionada con la inauguración de la central térmica de Alcúdia, a la que acudió Franco. Fuster no fue a la inauguración porque un dirigente del INE se lo llevó a comer con la excusa de hablar de no sé qué. Tal vez el motivo era que su padre había estado en la prisión en tiempos de la guerra porque era el alcalde de izquierdas de Santa Margalida.

„¿Cuál era la relación de Fuster con su pueblo natal?

„Puede decirse que era una relación de amor y odio. En Santa Margalida hay gente que le admira y gente que no quiere oir hablar de él porque piensa que no hizo todo lo que pudo hacer por su pueblo. Pensaban que tendría que haber colocado a más gente en la empresa, pero él tenía claro que si recomendaba a alguien debía ser con garantías. Nadie tenía que hacerle quedar mal. Él se apartó del pueblo cuando comprendió que la gente sólo le quería para colocar a los hijos, pero hizo cosas buenas para la Vila como la iluminación de la iglesia, a pesar de la polémica que se montó cuando quiso que le colocaran una placa por este motivo. Fuster ha sido reconocido en muchos sitios, pero nunca en Santa Margalida.

„En su testamento donó a la Vila el 60% de su colección pictórica y el 80% de su fondo bibliográfico. ¿Es suficiente?

„Es un legado que hay que apreciar, tenga el valor que tenga, porque es parte de su patrimonio. La fábrica de licores fue donada a la asociación Amadiba porque ésta se había interesado en abrir un equipamiento de tipo social en el edificio, algo que Feliciano Fuster siempre había querido.

* Autor de un libro biográfico sobre la figura de Feliciano fuster