Miles de medusas de la especie ´velella velella´, que se caracterizan por su color azul, han llegado durante toda la semana a las costas del norte de la isla, y principalmente a las del municipio de Santa Margalida, arrastradas por las corrientes marinas. La plaga de medusas afecta sobre todo a las playas de Can Picafort y Son Bauló, y ayer también entró con fuerza en todo el tramo de costa de la finca de Son Real, situada en el mismo municipio.

La aparición de los cnidarios es especialmente preocupante cuando la temporada turística ya se ha iniciado oficialmente y las playas de la isla empiezan a poner los servicios a punto para recibir a los turistas y bañistas en general.

A estas alturas de la temporada, la invasión de las medusas todavía no es un problema acuciante, pero los municipios turísticos cruzan los dedos para tener un verano tranquilo con pocas visitas de estos animales marinos poco amigos de los bañistas.

En este sentido, el ayuntamiento de Santa Margalida ya ha tenido que utilizar medios municipales para retirar la gran cantidad de medusas ´velella velella´ que el mar ha depositado sobre sus playas. El regidor de Medio Ambiente, Antoni Nadal, explica que durante toda la semana los operarios han tenido que retirar los cnidarios que ocupaban grandes extensiones de arena en las playas de Son Bauló y Can Picafort. El Consistorio emplea máquinas pesadas para quitar las medusas en las zonas de arena seca, aunque deja que sea el propio oleaje el que elimine aquellas que quedan depositadas en la orilla.

La principal preocupación del Ayuntamiento está en el mal olor que provocan las medusas en descomposición y no tanto en su capacidad de provocar daños entre los escasos bañistas que, a estas alturas del año, visitan las playas. "Si esto ocurre en julio o agosto será más preocupante, porque las playas están llenas y será más difícil llevar a cabo el trabajo de retirada de las medusas con la ayuda de la maquinaria", apunta Nadal.