­El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), no se someterá por ahora a una moción de confianza tal y como reclama una parte de la oposición municipal, principalmente PSM y Alternativa per Pollença, al entender que está legitimado para seguir gestionando el Ayuntamiento a pesar de que el equipo de gobierno ha quedado reducido a seis regidores tras la dimisión, anteayer, de los exediles de la Lliga Malena Estrany y Tomeu Fuster, ya en la oposición.

Cifre apuntó ayer que "en estos momentos, el objetivo principal es el de dar la máxima estabilidad al equipo de gobierno" y llamó a la "prudencia" al resto de partidos. Reiteró que, a partir de la próxima semana, iniciará una ronda de contactos con los portavoces de todos los grupos con representación municipal para "conocer su opinión" sobre la nueva situación. "Antes de tomar ninguna decisión, quiero saber qué piensan todos", subrayó.

Una vez conocida la renuncia de Estrany y Fuster, el equipo de gobierno mantuvo una reunión de urgencia el pasado jueves para valorar la situación. Durante el encuenro, cada uno de los regidores (cinco del PP y uno de la Lliga) "ya supo qué áreas gestionará" a partir de ahora. Cifre no quiso desvelar ayer cómo quedarán repartidas las áreas que antes asumían los dos dimisionarios (Hacienda y Cultura, en el caso de Estrany, y Juventud y Deportes, en el de Fuster), si bien aseguró que, de momento, no delegará de forma oficial ninguna de estas competencias que ahora están en sus manos.

Las reacciones a la crisis del equipo de gobierno no se hicieron esperar ayer entre los partidos de la oposición. Desde Alternativa se habló directamente de la posibilidad de convocar una moción de confianza que abra un nuevo escenario político y conduzca a un "cambio de gobierno". El partido calificó de "coherente y lógica" la renuncia de los dos ediles y cargó contra la gestión del alcalde. "Debe hacer autocrítica, cambiar su actitud respecto a los acuerdos de pleno y darse cuenta de que sólo tiene seis regidores frente a once".

El PSOE también destacó la "incapacidad" del alcalde Cifre para gobernar y le instó a "solucionar el desastre que ha creado con sus tics autoritarios". Los socialistas expresan su "preocupación" por el futuro del Ayuntamiento.

El PSM reiteró la necesidad de que Cifre se someta a una moción de confianza y calificó de "muy graves" las afirmaciones del alcalde al desvelar que ha optado por no airear los "trapos sucios" de Estrany. Según los nacionalistas, el silencio sobre este asunto le convierte "en cómplice".