La esperada variante de Llubí fue ayer abierta al tráfico rodado después de varios años de trabajos de construcción y diversas paralizaciones de las obras por reclamaciones de impago por parte de la empresa constructora.

El departamento de carreteras del Consell de Mallorca informó ayer de la apertura del nuevo vial que permitirá enlazar las carreteras de Inca y de Santa Margalida sin cruzar por el interior del casco urbano de Llubí. Sin embargo, los trabajos de construcción no están totalmente terminados, ya que todavía queda pendiente la ejecución de la canalización del drenaje, el desplazamiento de una línea eléctrica de Endesa, la pavimentación de los caminos de servicio y las tareas de jardinería.

La variante ya estaba abierta de forma parcial, pero la apertura total se ha adelantado a raíz de una petición del ayuntamiento de Llubí, interesado en desviar por el nuevo vial el tráfico de vehículos pesados que hasta la fecha cruzaban el centro de la localidad del Pla.

La ronda conecta la carretera Ma-3440 por el sur del casco urbano mediante un trazado que permite una velocidad máxima de ochenta kilómetros por hora. También enlazará con la carretera Ma-3511 con destino a Sineu.

Las obras han tardado más de lo calculado debido a la aparición de elementos arqueológicos y etnológicos no previstos. Esta circunstancia obligó a modificar el proyecto de ejecución y fue determinante en el incremento del coste del proyecto. El presupuesto inicial estaba estipulado en casi 3,5 millones de euros, pero la obra ha costado casi 650.000 euros más de lo previsto debido a la citada modificación. Así, el presupuesto final ha alcanzado los 4,1 millones de euros, financiados de forma íntegra por el ministerio de Fomento a través del convenio de carreteras.

Asimismo, la obra estuvo paralizada durante varios meses a lo largo del año 2011 porque la empresa constructora denunció impagos por parte del Consell de Mallorca. Los parones causaron grandes problemas a los vecinos de Llubí que residen en fincas afectadas por la construcción del vial, especialmente en la zona del puente del Camí de Son Burguet. El alcalde de Llubí, Joan Ramis (PP), llegó a denunciar que las obras paralizadas dividían al pueblo. Desde la oposición se criticó el "oscurantismo" que ha imperado en las modificaciones del proyecto.